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Siempre había odiado los hospitales durante toda su vida, de niña se enfermaba mucho por lo cual los visitaba a menudo, el olor era demasiado particular, era como sudor, metal y medicinas. Caminaba por los pasillos blancos, llevaba una chaqueta de un verde pino la cual le llegaba hasta las rodillas, unos jeans negros, un sweater cuello de tortuga blanco, botas de tacón negras, de su costado colgaba una elegante cartera de color negro y en su mano derecha llevaba unos papeles sellados y firmados.

Miraba a todos lados buscando el número de habitación a la cual iba a visitar, al encontrar el numero 134 abrió la puerta corrediza y se sorprendió al ver tanta gente en aquella habitación, Youngjae se encontraba en la camilla hablando con su madre, mientras que su padre se encontraba en un sillón del otro lado de la gran habitación charlando con el tío de Haru y su tía se encontraba sentada en el otro sillón leyendo una revista de modas.

- ¡O pero si ha llegado Haru! – Dice la madre de Youngjae – Eso es bueno, justo hablábamos de la boda.

Haru al escuchar eso soltó una carcajada de indignación.

- ¿Boda? – Preguntó - ¿En serio cree que me quiero casar con...con...¿ESO? ¡EL TRATO DE MATARME!

- Cariño baja la voz – Dice su tía con toda la calma del mundo – Cualquiera puede pensar cosas que no son.

- ¿Cosas que no son? – Haru tomo con fuerza los documentos que llevaba en su mano mientras hablaba apretando los dientes – ¿Quieres que te enseñe la maldita cicatriz que tengo en mi hombro?

- Hagamos como que si nada pasó por el bien de las dos empresas.

Ella miro a su tío por lo que acababa de decir, luego miro al señor Yoo quien en su rostro se veía darle la razón al contrario, miro los rostros de todas las personas todos en sus ojos se les veía el deseo por el dinero y nada más que eso, Youngjae lucía un tanto distinto, en sus ojos no se veía el deseo por aquel papel con valor era más un deseo por ser querido más que todo por sus padres. Fue ahí cuando comprendió el calvario que estaba viviendo Yoo, deseoso porque sus padres le quisieran de verdad y no solo por la necesidad de tener un heredero o un método de conexión con otras empresas.

- A la mierda esta familia – Se acercó a una mesa que estaba cerca de su tío, dejo los documento en ella y lo miro – Oficialmente ya no soy tu hija o tu sobrina, no tendré ya más miedo a tus absurdas amenazas y tampoco seré tu método de negocios, ve a ver como levantas tu puta empresa tu solo.

Haru se dio media vuelta y salió de la habitación no sin antes sacar su dedo medio

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Bang Yongguk se encontraba en una jolleria, si, se encontraba viendo anillos de boda y se sentía un tanto nervioso por lo que pensaba hacer ¿Sería demasiado pronto? ¿Ella lo tomaría como algo apresurado? Le preocupaba mucho lo que fuera a pensar Haru pero él quería estar seguro de que nada los separa otra vez y también quería demostrarle a Haru lo mucho que la quería. Miró un hermoso anillo de plata, era realmente sencillo puesto que no tenía ninguna piedra que lo adornara.

- Disculpe – Llamó la atención de la encargada - ¿Me pudiera mostrar ese anillo?

La chica tomo el anillo con cuidado y se lo colocó en el mostrador para que él pudiera apreciarlo mejor.

- Este anillo al ser tan sencillo le puede grabar en él lo que desee – Explico la chica - ¿Quieres llevarlo?

El asintió con una sonrisa en su rostro, le dijo lo que quería grabar en el anillo y la chica se fue a algún lugar de la tienda después de que Yongguk le dijera la talla del anillo. Después de aproximadamente quince o veinte minutos más tarde ella volvió con una bolsa y se la entregó.

Yongguk llamó a Haru diciéndole que se tenían que ver porque era urgente, ella se preocupó un poco por el tono de voz de Yongguk y trato de apresurarse lo más que pudo, se sintió un tanto molesta al ver el lugar donde la había citado, era un restaurant el cual era muy hermoso, cada mesa estaba adornada con una vela encendida y habían pequeñas islas con flores en ellas.

- ¿Esta era la emergencia? – Dijo en un tono de burla mientras se sentaba en la mesa.

- Lo siento – Yongguk se rascó la nuca un tanto nervioso - Es muy difícil tener una cita con mi novia.

- He estado ocupada desde que me contrato la empresa en la que estoy – Explicó – Lo siento.

La comida había llegado y ellos comenzaron a comer y charlar al mismo tiempo, en algún punto se había empezado hacer de noche y la gente empezaba a irse, mientras ella comia Yongguk dejo de comer, apoyó sus codos sobre la mesa y coloco su barbilla sobre sus manos, comenzó a observar en cilencio a Haru detallando cada parte de ella, desde sus delgadas manos hasta sus labios pintados de color rojo los cuales hicieron tragar duro a Yongguk, le habían dado ganas de besarla y hacer que ese labial se corriera.

- ¿Por qué me ves tanto?

- Es que...eres tan hermosa que deberías ser ilegal.

Haru rió por lo que él había dicho tapándose con su mano su sonrisa.

- ¿Sabes algo? – dijo él a lo que ella respondió con un mmm? – Me haces demasiado feliz.

- Estás loco – Dijo con una sonrisa.

- Sip, estoy demasiado loco – dijo – pero loco por ti, no soporto cuando no estoy contigo, si otros hombres te miran me molesta, me gusta cuando sonríes, tu sonrisa me vuelve loco la verdad. Tú me complementas, me das paz y la verdad es que...mierda, te amo.

- Íbamos bien hasta que dijiste "Mierda" – Haru rio – Bang Yong Guk yo también te amo demasiado, tanto que a veces el corazón me duele por pensar que podrías dejarme.

- Nunca lo haría.

- Pruébalo.

Yongguk sonrió, metió su mano en su chaqueta y saco la pequeña caja para luego abrir la y colocarla en la mesa, Haru vio la caja con los ojos bien abiertos y luego miro a Yongguk, quería decir algo pero las palabras no lograban salir, sus ojos se cristalizaron y su corazón corría a mil por minuto.

- ¿Te casarías conmigo?

- Eso ni se pregunta estúpido.

Él sonrió, saco el anillo de la cajita y se lo puso en el dedo, ella miro el anillo y luego se percató del grabado que había sobre él.

- ¿Forever you? – Pregunto.

- Siempre serás tú la que pase por mi mente cuando despierte en el día, quiero que seas tú por siempre la que duerma a mi lado, quiero seas tú siempre la que me sonría, que seas tú siempre la que vea en mis mañana, que seas tú siempre con la que despierte y tú siempre serás la que este en mi corazón – decía mientras la veía a los ojos.

A Haru se le salieron las lágrimas por todo lo que había dicho Yongguk, se sentía feliz, sentía que por fin podía sonreír de verdad y que todo iba a ir de maravilla. Yongguk sin poder resistir más la tomo de la barbilla y beso sus labios, saboreando lo que sería su nuevo comienzo.

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Gracias por leer <3 

Forever you ➸ B. YonggukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora