Capítulo 12.

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Una semana después... y no me ha hablado desde entonces.

Desayunamos junto a mis padres antes de ir al colegio. Trato de hablarle pero es simplemente inútil.

Si sonrió fue porque sabía que no era cierto lo que Jafet decía... así que no entiendo porqué actúa de esta manera. Pareciera que se lo creyó pero lo dudo, no pudo creerle, no pudo ser tan idiota.

-Querida -habla mi madre -¿irás al baile?

Cada año el colegio hace un baile con otro colegio de los mismos directores, el baile de las promociones, es solo para los de último año y ahora es nuestro turno, será mañana por la noche.

-No sé -le contesto más en seco de lo que esperaba.

-¿Pero cómo que no sabes? Tienes que ir. Es prácticamente obligatorio, no es como que tenga que invitarte alguien especial.

-Sí tiene alguien que la invite -habla Joseph.

-¿De qué hablas? -pregunto papá con brusquedad.

-Tiene novio, ¿No les contó?... a mí tampoco.

Wow. Imbécil, sí que le creyo.

-Santo Dios, pero ¿Quién? No me digas... ¡Es Jafet! Oh, qué emoción.

-Ah... es un buen chico -alivia mi padre.

No puedo creer que esté pasando esto... tengo que encontrar la manera de explicarle todo a Joseph... sin que Jafet abra su estúpida boca.

-Me voy -digo muy enojada.

Solo me levanto de la mesa, tomo mis cosas y salgo dando un portazo exagerado.

No me puedo creer que se tragara ese cuento.

Tampoco he hablado con Jafet desde ese día, se ha ausentado en las clases.

Estoy tan hundida en mis pensamientos que no me doy cuenta que ya llegue al colegio.

-¡Camila! -grita la voz de alguna.

-Oh... Spencer.

-¿Qué te pasa?

-Nada, aún tengo algo de sueño.

-¿Por qué? ¿Te la pasaste hablando con tu príncipe azul, eh? -asegura con cara pícara.

-¿Qué? ¿De qué hablas?

-Ay, mi cielo, ya todos saben que vas de novia con Jafet. Son tan lindos -hijo de...

-Spencer... -dudo mucho y me quedo en silencio pensando en lo que estoy por hacer, lo que diré, lo que confesaré a final del día, pero no puedo dejar que Jafet me gane en eso, es un imbécil -tengo algo que contarte sobre eso, ¿quedamos a la noche?

-¿Aquí? Las cámaras ya dejaron de funcionar -el colegio siempre ha sido nuestro refugio cuando nos escapábamos por la noche.

-Si. Es realmente... algo serio, por favor, lo que te diga en el momento...

-Entiendo. Está bien. A la noche entonces.

Toma su camino hacia el aula de matemáticas, mientras yo me dirijo al de historia.

El pasillo se siente más pequeño de lo normal, como si hubiera más gente.

-¡Cariño! Aquí estás -se expresa alguien al mismo tiempo que apoya su brazo sobre mis hombros. Me planta un beso en la frente y luego me susurra -no me hagas pucheros, muñeca.

-Hola, amor -le sonrío lo más natural que puedo, ocultar semejante odio no es nada fácil.

Entramos al salón y tomamos lugares juntos.

Joseph está justo detrás. Y puede ver cómo Jafet coloca su mano en mi rodila, la quito pero lo vuelve a hacer y esta ves más arriba. Lo quito y vuelve cada vez más cerca. Esta vez lo quito con brusquedad y me levanto del asiento.

-Camila, ¿se te ofrece algo? -me pregunta el profesor.

-Voy al baño -digo mientras veo a Joseph a los ojos y salgo del aula sin esperar respuesta alguna del maestro.

Corro al baño como si mi vida dependiera de ello.

No se molestó, ni replicó. ¿Que acaso no lo entiende? No puedo quedarme así. Y aún no estoy segura de si le diré toda la verdad a Spencer... o si solo contarle sobre Jafet. Seguramente me preguntará con qué me chantajeó. No sé qué hacer con mi vida.

Doy vueltas frente al espejo del baño, pensando en cómo resolver esto y poder decirle a Spencer la verdad... alguien abre la puerta y me doy cuenta de que es mi hermano. ¿Será que... lo entendió?

-¿Joseph...? -le llamo en hilo de voz entrecortado.

-Vine porque el profesor me lo pidió -dice metiendo las manos en sus bolsillos -¿estás bien?

Me armo con un poco de valor y mi voz se compone, mi expresión facial se vuelve más seria.

-¿Por qué actúas así?

-Tal vez sea lo correcto.

-¡¿A qué mierda te refieres con eso, Joseph?!

-Te atrae Jafet, no mientas.

-¿Tienes idea de lo que hizo?

-Tengo la idea de que lo aceptaste.

¿Qué? Lo que acaba de decir me hace creer que tal vez... tal vez solo vio cuando Jafet me besó, tal vez aún no se da cuenta de la verdad, de que yo...

-Joseph... -mi voz se quiebra, siento que estoy a punto de llorar -hazme un favor, ¿quieres? -Su rostro cambia, parece preocupado, lo que me hace sonreir con poco -nunca me dejes...

Con el entrecejo fruncido sale del baño con las manos hechas puño. No sé si se enojó, no sé si está confundido (que tal vez es lo más acertado), o si está preocupado. Lo único que quiero hacer es acabar con Jafet.

BrothersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora