Capitulo 2

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Me desperté sobresaltada en el momento que alguien abre las cortinas haciendo que el sol me pegara en la cara, pero ¡Joder! ¿Esa persona me quería dejar ciega?

—Levántate, ya es tarde —dijo mi padre cerrando la puerta de mi habitación.

¿Esta de coña?

Reviso la hora en el reloj de pared que esta alfrente mio, son las 7:00 am.

¡¿7:00?! Ese viejo esta loco o que. Levantarse a esta hora debería ser ilegal. Yo no me voy a levantar a esta hora, esta completamente loco.

Me recuesto de nuevo en la comodidad de mi cama, tratando de conciliar una vez más el sueño.

—¡Jouddieh! Apurate, tienes diez minutos para bajar —gritó desde el otro lado de la puerta—. Si no bajas en ese tiempo, vengo y te saco a rastras

Mierda, este señor si que jode.

—No tengo ropa —grite.

—Hay ropa nueva en tu armario, así que muévete.

—No me queda.

—JODER solo, pontela. Esta es mi última palabra.

Me vi obligada a levantarme de mi hermosa cama. Y arrastrar mi cuerpo en dirección al baño.

Cuando entre al guardarropa, tenía la mitad de las perchas llenas con la misma ropa. Me acerco a las prendas de color verde y las cojo observandolas detenidamente.

¿Por qué tengo ropa estilo militar en mi armario?

¡¡¡¿Es enserio?!!!, ¿Quiere que me ponga esa ropa? ¿Para que?

¿Piensa mandarme también a la correccional?

—Jouddieh, ya es hora de irnos —grito mi padre.

—En mi armario solo hay el uniforme de la correccional.

—¿Y cual es el problema?

¿Cual era el puto problema?

Hasta que yo se, yo no he infringido las leyes.

Abrí la puerta para enfrentarlo en la cara.

—Yo no me voy a poner ese uniforme.

—Vas a asistir a las clases que hay en la correccional, ese es el uniforme

—¿Por qué no me puedes mandar a otro lugar?

—No te estoy preguntando si quieres, te lo estoy ordenando. Tienes cinco minutos, ya estoy llegando tarde —dijo cerrando la puerta.

El uniforme consistía en una camiseta verde, un calentador del mismo color y unos zapatos color negro.

La persona que había diseñado este uniforme carecía de estilo y comodidad.

—Papa este uniforme es horrible —susurre cuando entre a la cocina.

—Vienes a estudiar, no a modelar —dijo tomando un sorbo de café—. Apurate comiendo.

me sirvió un plato con tocinos y huevos revueltos, por lo menos no me voy a morir de hambre.

—¿Café? —asenti.

—No tengo ni un material para ir a clases.

—Ya te he comprado lo que necesitas.

Después de terminar la comida seguí a mi padre al ascensor para trasladarnos a la planta baja del edificio. La recepción estaba repleta de personas y de policías.

—¿Que a pasado? —le pregunto a mi padre.

—El chico que te robo las maletas ya está aquí, él era alguien que llevábamos tiempo buscando.

—Un dolor menos de cabeza —susurré y creo que esa fue la primera vez que escuche a mi padre reír después de tanto tiempo.

—Cierto, ven te tengo que enseñar el edificio donde vas a recibir clases.

En la ida de dicho edificio pude ver algunos muchachos correr en el campo, haciendo cualquier tipo de ejercicios.

—¿ la correccional es mixta ?

—No jouddieh , ¿ves a alguna chica ?

mierda, tiene razón ...., para cambiar de tema le digo

—Sabes, esto no parece una correccional, parece un internado.

—Aquí no hay ningún tipo de tecnología y ningún contacto familiar. Bueno quizás parezca un internado pero aquí formamos a los jóvenes para que no vuelvan hacer sus acciones pasadas, aquí no los castigamos, aunque algunos si se lo merecen.

—Estas tan seguro que no lo van a volver hacer.

—No esque estoy seguro, yo lo se, por algo la correccional no tiene el prestigio que ahora tiene —dijo con orgullo.

Seguimos nuestro rumbo hasta toparnos con un gran edificio. Nos adentramos al edificio que parecía una estructura antigua, a la entrada había una recepción.

—¿Donde estan los de 16 a 17 años? —le pregunto a la señora.

—En el tercer piso, señor.

—¿El chico que me robo esta en esta aquí?

—Está en el grupo de 16 y 17.

En el tercer piso se reparte en tres salones. Mi padre toco la puerta de uno de ellos y un profesor medio calvo que rodeaba los cincuenta años nos recibió.

—¿Gusta pasar, señor?

—Mi hija, Jouddieh va a ser su nueva alumna.

El maestro me hizo pasar y lo que más odiaba, ser el centro de atención. Había unos veinte chicos en este aula, ¿estará aquí el chico que me robo? Pase mi mirada detenidamente por cada uno de los chicos, no son del todo feo pero tampoco son un adonis.

—Siéntate delante del señor Gahn —me señalo a un chico de tez canela y pelo castaño.

No tenía cómo reprochar el puesto ya que esa era la única banca vacía. Todos en este aula eran muy diferentes a mí, yo era como un extraterrestre, todos están aquí porque hicieron algo grave.

—Ohh miren a quien tenemos aquí a la hija de papi —dijo un chico detrás de mí.

—Por ese hijo de puta, estoy encerrado aquí —murmuró una voz diferente, esta a diferencia de la anterior era grave.

—Mi padre solo cumple su deber, no anda infringiendo la leyes como ustedes obviamente hicieron —me voltee para enfrentar al gilipollas.

—Pero miren la hija de papi si sabe hablar —dijo el chico de la voz grave.

Él era también de tez canela, tenía pelo negro ondulado y ojos azulados.

—¿Te gusta lo que ves? —era un completo arrogante.

Y yo odio a los de su tipo.

Nothing is enoughWhere stories live. Discover now