¿Qué está pasando?
No comprendo nada, ¿porqué estoy corriendo? ¿qué me pasa?. Mi cuerpo actúa por voluntad propia, yo no lo controlo, necesito saber qué carajos está pasando a mi alrededor.
Volteo la cabeza hacia atrás, y veo a alguien encapuchado corriendo tras de mí, mi velocidad disminuye, y vuelvo a ver hacia el frente, y acelero nuevamente. Mi respiración es acelerada y los latidos de mi corazón aumentan con cada paso que doy.
''Sigue corriendo, sigue corriendo, Amaia'' - me digo a mí misma - ''Si sigues corriendo lo perderás de vista'' - me repito - ''¡Allá hay un callejón! ¡Corre más rápido Amaia!''
Apresuro mis pasos, y entro al callejón, oscuro como la noche, sólo medio alumbrado por el resplandor de algunos faroles que se encuentran en la calle. Sin salida, demonios.
- Ya te tengo, dulzura - susurra una voz grave a mis espaldas - no podrás escapar de mí, ya no más -
Volteo lentamente, a tiempo para descubrir a un ser alado descender a toda velocidad del cielo, para posarse frente a mí en un pestañeo.
- ¿De quién no podrá escapar, dices? - murmura lentamente, con una frialdad y desinterés que nunca en lo que llevo de vida he escuchado. Voz controlada, imponiendo seguridad, autoridad, y desafío. Pero sobre todo, una maldad infernal.
- Uh, uh, de-de mí, claro - tartamudea.
- El que no podrá escapar serás tú, de mí - puedo sentir su sonrisa aunque no lo esté viendo, puedo percibir su sinceridad, su promesa, tras esas palabras.
Y ocurre.
Las alas que habían desaparecido por arte de magia, vuelven a aparecer en su espalda desnuda. Gigantescas alas negras, esqueléticas, majestuosas, con un aspecto similar al de los murciélagos, aparecen con total elegancia y fiereza, ante nuestros ojos.
Me inclino un poco para poder ver detrás de sus alas, al chico que trataba de asaltarme, puedo ver el asombro y terror reflejadas en sus facciones, y puedo ver, en el perfil del ser alado, cómo sonríe ampliamente por lo que supongo, ocasiona en el chico, y lo que hará con él.
- Nos vemos en el infierno, amigo - farfulla el ser.
Sus majestuosas alas se despliegan todavía más, y un lado de ellas, en un parpadeo, pasa por delante de él, y el chico cae, muerto. Mis manos se dirigen a mi boca por el asombro, y el ser lentamente se da la vuelta, mis ojos rápidamente se dirigen a los suyos, ojos dorados resplandeciendo bajo la poca iluminación que hay, labios mullidos y rosas, mejillas definidas y resaltadas, barbilla angulosa y definida.
- ¿Qu-qu-qué? ¿Qué acaba de pasar? ¿Qu-qu-qué eres tú? - tartamudeo torpemente, el miedo haciéndose presente en mis acciones. El ser alado sólo sonríe con gracia y burla, mirándome directamente a los ojos, pronuncia:
- Soy un demonio, dulzura, ¿no te ha quedado claro todavía? - sus labios se curvan en una sonrisa burlona, y sus ojos se tornan casi negros, y siento como mi cuerpo tiembla por el terror y el asombro - y, si no te quedó claro, estoy, como para protegerte o algo así - le restó importancia con un movimiento de manos - ya quita esa cara, sí, soy un demonio, acéptalo y confróntalo - y sus alas se despliegan una vez más para irse volando por la oscuridad del cielo.
----------------
Buenas buenas, espero que les guste la historia y puedan disfrutar su trama.
Ángeles, demonios y toda su jerarquía, es algo que me ha estado intrigando recientemente, y se me vino ésta idea a la cabeza ;)
¡DISFRUTEEEEEN!
Con amor, Shay
xoxo
YOU ARE READING
Demon baby
Paranormal''Porque la vida no es tan sencilla como creíamos que era''. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS Prohibida la copia parcial o completa de la historia