¿Problemas? Ni que lo digas.

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La alarma suena, y eso indica trabajo. La detengo y comienzo a levantarme. 6:00am. Me ducho y me bebo un café. Adam tiene que irse a las 8 asi que no hago ningún ruido. Me coloco mi blusa, falda tubo, tacos, chaleco. Le doy comida y leche a Záfiro, y me voy a trabajar.
Llego a eso de las 6:40, y entro a las 7:15, asi que me dirijo a la cafetería a comprar un sandwich. Y en el camino choco con un hombre. Alto. Cabello negro un tanto ondulado. Ojos café.
-Disculpeme. ¿Le he derramado el café?.-el hombre me queda mirando. De pies a cabeza. Me está irritando pero sigo sonriendo con cortesía.
-No.-su voz es profunda, y dulce a la vez. No lo había visto. ¿Será nuevo?
-No volverá a ocurrir. Discúlpeme.-doy media vuelta y estoy por retirarme cuando lo escucho.
-Señorita Débora, la quiero en mi oficina a las 7:30, sea puntual.
Me volteo y lo miro dubitativa unos momentos.
-Último piso al fondo.-sigue caminando como si nada.
-¿En ese piso no se encuentra...-
-Tu jefe- aparece una señora elegantemente vestida con ropa de trabajo. Me quedo quieta, sin mover ninguna parte de mi cuerpo.
-¡¿QUÉ?!

Oh diablos, se me ha ocurrido chocarle justo a él. Tonta. Tonta. Tonta. A las 7:29 me encuentro en su puerta. Y no sé si entrar o no. Pero a las 7:30 decido que no quiero que me despidan y toco la puerta en cuanto mi reloj cambia.
-Pase.
Abro la puerta, y se encuentra bebiendo café en un gran sofá.
-¿Qué necesita, señor?-estoy muy nerviosa. ¿Se habrá molestado? ¿Seré despedida?
Sonríe pícaramente, y me mira directo a los ojos.
-Señorita Débora, ¿Sabe usted mi nombre?-se levanta y se acerca lentamente a mí.
¿El nombre de mi jefe? Oh, mierda. ¿Cuál era? Creo que, creo que....
-¿Héctor?....-Se detiene. Dios dios dios, ¿me he equivocado? Comienza a reir.
-¿En serio dudas con el nombre de tu jefe? Jajajajajaja no me lo creo.-Se esta... Riendo... Me hierve la sangre... Mientras reía se acercaba y no me di cuenta.
Posa una mano en la puerta que hay detrás de mi.
-Eres bastante divertida. Me agradas.-coge un mechón de mi pelo. Y se lo lleva a la boca. Lo besa.-Puedes retirarte.
Salgo como puedo, las piernas me tiritan. Voy a trabajar a mi oficina y el día termina a las 17:50 igual que siempre. O casi igual.
-Débora!-me volteo al escuchar mi nombre. Y no es nada menos que mi jefe, Héctor.-¡Te llevaré a casa!-¿Qué?
-No es necesario.
-¿Cómo que no? Me agradas.
-Si. Pero-
-Sube al auto.-y es una orden esta vez.
-Si señor.
Su cara daba miedo....¿ Y si Adam se molesta?
El coche avanza, pero no sabe mi dirección...
-Este.... ¿Sabe donde vivo?-intento verlo a los ojos pero no quita la vista del camino.
-No la necesito. No iremos a tu dirección. Te llevaré a comer a un restaurant.
-¡¿Qué?! No. Por favor lléveme a casa.
-No. Estás en mi coche. No puedes bajar.-sonríe. El hijoeputa está sonriendo. Le voy a partir su ma-¿Tienes pareja?-cierro la boca. Desvío la mirada hacia las calles que dejamos atrás.-¿Van mal?
-No sabría responder. No estoy segura. Puede que estemos bien y en realidad me estoy haciendo cuentos en la cabeza.
-¿Quieres que te demuestre lo contrario?-detiene el auto. Me está mirando fíjamente. ¿Quiero saberlo? ¿La verdad? ¿Mi corazón está preparado?
Comienza a moverse el auto, y lo aparca en el estacionamiento de un lujoso restaurant, con vista al mar.
Me toma la mano y me lleva dentro.
-Soy Héctor, hice una reservación para dos la semana pasada.-¿Para dos? ¿Hace una semana? Me mira, y me lleva de la mano a nuestra mesa. Que se encuentra en el piso de arriba, en un balcón.
-¿Qué significa todo esto señor Hills?
-Llámame Héctor.
-¿Puede responder a la pregunta?
-¿Digo las cosas claras?
-Si por favor.
Llega un mesero a pedir nuestra orden. Héctor pide por mí.
-Lo sabrás despues de esta rica comida. Son las 18:15 así que tenemos tiempo.

Esperamos nuestros platos y una vez en la mesa, pruebo un bocado.
-Mmmm delicioso.
-¿Verdad? Éste es un restaurant al que suelo frecuentar. Desde aquí, te veo sentarte en esa parte de la arena.-señala con el dedo el lugar. Y, en efecto, ahí es donde me siento.-Me quedo aquí hasta que te vas.
-¿Por qué hace eso?
-Termina tu comida.
Mientras comíamos, conversamos varios temas acerca del trabajo, momentos del pasado, cosas así. Me estoy divirtiendo.
Los meseros retiran nuestros platos y Héctor paga la cuenta. Me toma del brazo y me encamina hasta el coche. En donde me abre la puerta para que entre y luego sube él.
-Débora.-lo miro, y echa a andar el coche. Coloca pestillo a las puertas. No puedo abrirla.-Quiero que me escuches cuidadosamente. Llevas 1 año trabajando para mí, y siempre los Lunes llegas derrotada. Te he estado observando. Demasiado, quizás.-veo un pequeño rubor en su mejilla.- No quiero que me contestes ahora, por lo que haré luego de esto. Pero-me mira-quiero que lo pienses. Me he enamorado de ti. Sé que ese idiota no te hace feliz. Y la respuesta a tu duda es Si. Hay algo entre tu novio y su amiga. Deben de haberse revolcado en tu cama una gran cantidad de veces-siento náuceas-Se han besado una cantidad aún mayor.-Quiero vomitar. Héctor le quita el seguro a las puertas y detiene el coche.-Quiero que bajes y vayas a la cafetería de esa esquina. Y luego vuelves aquí, ¿entendido?-asiento con la cabeza.

Bajo del coche. Y camino decidida a esa cafetería. No sé si esté preparada para ver lo que sea, pero debo hacerlo. Cuando llego, mi vista se posa en el fondo. Siento que mi corazón se quiebra... Las lágrimas amenazan con salir, pero no lloraré.

Adam está... Está besandose con Tiana en los sillones del fondo... A mis espaldas todo este tiempo... El estaba con ella.... Y yo lo esperaba ansiosa en casa. Como una perra moviéndole la cola a su amo.
Camino entre las mesas y cuando llego a donde están... Los miro con lástima.
Adam me mira boquabierto. Y Tania se revuelve incómoda en su lugar.
Dejo en la mesa las notas que Adam me dejaba en la cama, (las que sólo tengo en mi bolso), las mañanas que se iba con ella.
-Que sean felices juntos.-lo miro con impotencia.
Me volteo y comienzo a caminar hasta donde se encuentra el coche. Me subo y Héctor arranca rápidamente. Por el espejo veo a Adam con las manos en la cabeza y agachandose.
Me tapo la cara y lloro. ¿Qué se supone que haga ahora?
-Iremos a tu departamento a buscar lo que necesites.- Asiento con la cabeza. Siento que me falta el aire.

Estoy dando vueltas en círculo como una tonta...
Tonta. Tonta. Soy una tonta. Una gran tonta.

-...Tonta.-digo en un susurro.

Problemas De una Chica EnamoradaWhere stories live. Discover now