¡Ya no más!

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Era una mañana hermosa y tranquila en la aldea de Sooga, hasta que pasó una gran nube de polvo que resultaron ser Pucca y Garu en su tan habitual carrera de todos los días, iban directo hacia el bosque de bambú. Cuando llegaron Garu empezó a correr con todas sus fuerzas con tal de dejar a Pucca atrás, aunque estaba muy seguro de que no serviría de nada pues por más que no quisiera admitirlo, Pucca era más rápida que él pero... al voltear no había nadie.

Qué extraño, bueno, no importa y así, con una sonrisa de victoria pintada en los labios corrió hacia su casa, sin saber que desde ese momento iba a tener que luchar para recuperar el amor de la persona más importante en su vida.

~~~~~~~~~~En otro lugar~~~~~~~~~~~

Pucca estaba parada justo en la entrada del bosque de bambú donde hace unos pocos minutos había visto desaparecer a Garu y ¿por qué no lo había seguido? No lo sabía, pero muy en el fondo de ella, en un rincón muy escondido una vocecita con una voz apenas audible le decía:

-Tal vez ya no es lo mismo de antes y lo mejor sea darse por vencida antes de que el daño sea irreparable.

Ignorando esa voz se dispuso a volver a casa y se encaminó hacia el restaurante dejando una estela de polvo detrás de ella.

~~~~~~~~~1 semana después~~~~~~~~

Pucca iba a entregar un pedido a la casa de Garu y estaba muy feliz pues iba a ver a su amado ninja y probablemente pueda robarle un casto beso como tantas veces lo ha hecho o al menos eso quería pensar, estaba llegando a la casa cuando divisó a lo lejos a Ring-Ring tratando de coquetear con Garu pero éste, como siempre, no le hacia el menor caso.

Se sintió extraña, en ese momento debería estar furiosa o cuando menos un poco irritada pero no sintió nada, se acercó a donde estaban los dos y mientras Ring-Ring la veía con una mueca arrogante y Garu con un rostro que demostraba que estaba listo para correr en cualquier momento... entregó el pedido y se fue dejando estupefactos a los dos por su reacción tan poco usual.

~~~~~En la habitación de Pucca~~~~~

Estaba recostada boca abajo mientras reflexionaba lo ocurrido ese día y lo que pasó una semana antes y llegó a la conclusión de que ya no amaba a Garu.

Pucca:-Creo que ya es momento de superarlo- Lo dijo en un susurro inaudible a la par que pequeñas lágrimas cristalinas brotaban de sus ojos.

Empezó a llorar pero no de tristeza,  sino de una extraña sensación de alivio por saberse libre de ese amor unilateral de tantos años que a pesar de tener sus momentos buenos principalmente le trajo dolor, de alivio por librarse de ese tonto voto de silencio que se auto-impuso sólo para acompañar a ese ninja dueño de su corazón hasta hace pocos minutos y de alivio porque al fin podría ser ella misma, preocuparse por ella y por nadie más, pues a diferencia de lo que muchos pensarían todo lo que hizo esos años fue fruto del amor que sentía por él.

Las veces que lo defendió, las veces en las que entrenó incansablemente con tal de ser digna de él, las veces en las que trató de llamar su atención, las veces que lo persiguió porque no conocía otra forma de demostrar su afecto ya que sólo era una chiquilla, entre otras cosas.

Pucca:-Pero, ¡ya no más!- Lo dijo levantándose de la cama mientras se secaba los restos de lagrimas y sus ojos adquirían un brillo de determinación.

Continuará...

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