¡A Sally Brooks le gusta Even! ✔

Ｃａｒｔａｓ ｐｏｒ ａｄｅｌａｎｔａｄｏ

Lo mejor que podía hacer era retomar con mis cartas para Sally.
Así que me pasé toda la noche escribiendo notas por adelantado, así no la decepcionaría nunca más.
De hecho estoy muy orgulloso, desde que comencé a enviarle notitas a Sally mi ortografía mejoró mucho.
Tanto había escrito que no hice mi tarea de ciencias...¿Oops?
Así que me paré y el desastre de papeles era tal en mi cuarto que pisé un lápiz y me caí de cara debajo de mi escritorio.
No pregunten cómo ni porqué pero terminé con el cesto de basura de alambre azul en mi cabeza y un pie en el cajón de ropa interior.

Por desgracia desperté a mi tío, que rápidamente, al oír el estruendo de mi bello rostro contra el suelo, entró a mi cuarto exaltado.

-¡¿Qué rayos haces, Even?!-preguntó alarmado.

-Mmm...ya sabes...¿Organizo mi habitación?

-Esa no te la crees ni tú. A ver... Esto es un chiquero. Por más que tengamos a Lucy no significa que se merezca encontrar tu cuarto lleno de...¿Cartas?-Mi tío tomó una y la abrió antes de que pudiera sacársela.-¿Sally?

-Eso no es de tu incumbencia. Es más complicado de lo que crees.-dije molesto mientras guardaba los papeles ordenadamente en mi mochila y por "ordenadamente" me refiero a hacerlos un bollo y meterlos en mi mochila.

-¿Quieres hablar?

-¿Si te lo digo me vas a dejar de molestar así hago mi tarea de ciencias?

-¡¿No la hiciste todavía?!-gritó enojado.

-Ok, esta es la cosa, los rumores de que Sally está enamorada de mí eran cada vez mas fuertes así que decidí mandarle cartas explicándole porqué no deberíamos estar juntos nunca en la vida.-expliqué lo mas rápido que pude.

El hombre que estaba sentado en pijamas a mi lado empezó a carcajearse.

-Eres un chico muy especial ¿Sabes? Muy gracioso.

-Eso no fue lo que pensó Dianna cuando me abandonó.-musité mientras me quitaba mi camiseta.

-Hey, porque te haya dejado conmigo no quita que sea tu madre.

-Como digas...¿Ya puedo irme a dormir?

-¿No ibas a hacer tu tarea?

-Una F más una F menos...Da igual, Rob.

Mi tío se río, despeinó mi cabello y atravesó la salida de la habitación.

-Que duermas bien, Even.

-Tú también Rob.