11. Lastimar al chico de ojos morados

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Homura los despidió desde la entrada de la iglesia con una sonrisa, Karamatsu le guiño el ojo mientras hacía una seña de despedida con la mano e Ichimatsu se limitó a mirarla con cara de poco interés, pero conociéndolo esto no la molesto, se encontraba tranquila después de aclarar la pelea de la noche anterior. A un lado de Karamatsu caminaba el misterioso chico de ojos rosas, que esa misma mañana se había presentado formalmente ante ella como Todomatsu. La capa de color rojo resaltaba al lado de las vestiduras laicas de monótono color negro; y no pudo evitar pensar que de alguna extraña manera, que ni ella misma comprendía, parecía que encajaba perfectamente al lado de ellos.

Homura se quedó allí hasta que no fueron más que pequeños puntos a lo lejos, e incluso permaneció un poco más después de que los vio perderse en el horizonte; no quería regresar adentro por más que el frío aire matinal la estuviera haciendo tiritar, la idea de volver a quedar sola en la iglesia se le antojo aterradora el recordar lo que había sucedido el día anterior, y, por ahora, solo deseaba permanecer en la entrada por un rato más, quizá eso facilitara su trabajo de avisar a la gente que esa mañana no se podría celebrar la misa por circunstancias extraordinarias.

―Al menos puedo escuchar los pájaros―dijo para sí misma con una sonrisa, se sentó en los escalones apoyando la cabeza sobre las manos, si iba a estar allí afuera congelándose al menos estaría cómoda―Me pregunto si Jyushimatsu también los puede escuchar.

Por alguna razón no había podido sacarse al chico de la cabeza, este iba y venía en sus pensamientos, pensaba que podía deberse a que era un ángel, y una de las apariciones más increíbles de su vida, aunque también debía influir que era lindo, por alguna su sonrisa la había dejado cautivada, se sonrojo ante los pensamientos y oculto su rosto entre las rodillas ¿Era extraño pensar que un ser divino era guapo?

-Jyushimatsu...―susurró solo para escuchar cómo se oía el nombre saliendo de sus labios.

―Disculpa ¿Homura-san?

Sorprendida alzó la vista moviéndose tan bruscamente que casi cayo para atrás, frente a ella se encontró con Murasaki una de las feligreses que la miraba un tanto preocupada, pensó que era normal viendo la reacción que había tenido. Homura se apresuró a pararse para poder mirarla mientras recuperaba la sonrisa a la que todos se habían acostumbrado.

―Lo siento mucho Murasaki-san, me ha sorprendido.

―Oh no, lamento haber aparecido de esa manera ¿Estas bien?

―Si por supuesto, solo con un poco de frío.

―Deberías entrar a la iglesia, además el padre no tardará mucho en dar inicio a la misa―la mujer intento pasar a un lado de Homura para entrar a la iglesia pero ella la detuvo delicadamente tomándola del brazo.

―Sobre eso, hoy no habrá misa de siete, el padre tuvo que atender un asunto urgente por lo que ha tenido que salir temprano y como somos una iglesia pequeña, no hay nadie más que pueda dar la misa, de verdad lo siento mucho―dijo inclinándose bastante apenada.

―Oh Dios mío ¿Pero que ha pasado?

―Yo lo siento mucho pero no puedo...

―¿Es grave verdad? Supongo que si para tener que cancelar la misa―interrumpió posando una mano sobre su mejilla en una expresión de preocupación.

―Pues es un incidente que...

―¿Es sobre el exorcismo verdad?―volvió a interrumpirla acercándose más a ella, Homura enmudeció ante la pregunta, sin saber que más hacer se apartó de la mujer y se acercó a la puerta de la iglesia.

LA BALADA DE LOS MUNDOS/Au Religioso/YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora