Capítulo 16❄

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Dedicado a: thefabiga

Noicel

-Por suerte, no la mataste.

Gruñí.

-Lástima, igualmente no la quiero en mi manada. -Le dije.

Bélgica me miró molesta.

-Eres un mimado, ella solo estaba haciendo su trabajo, tienes que estar con alguien de sangre pura.

Me acerqué a ella con mis manos en puño, una mano me tomó el brazo y se puso en medio de ambos.

Sonreí ante la postura defensiva de mi madre.

-Escuchame bien zorra, lo que haga mi hijo no te concierne, él estará con la persona que él elija, tu fea cara no decide nada aquí.

Puse mis manos en los hombros de mi madre tratando de tranquilizar su enojo contenido.

-No tienes derecho a hablarme de esa forma, loba vulgar, esta es mi manada así que...

Mi madre empujó su cabeza con su dedo.

-Hace tiempo que dejó de ser tú manada, no te entrometas en la relación de Nois y Medow, ella es una buena chica, es muy dulce y pequeña, no dejaré que los separes como intentaste hacer conmigo y Will.

Era lindo que mi madre hablara así de Medow.

Ella tomó mi brazo y comenzó a caminar.

-Ah, y quiero que la otra puta se largue.

La seguí sonriendo.

-No te preocupes bebito, tu madre simpre estará de tu lado, mejor ve a ver a la pequeña.

Le di un beso en la mejilla y fui a casa.

🐾🐾🐾🐾

Ella se estaba quedando dormida cuando llegué.

-Nena tengo que revisar tus heridas.

Ella abrió los ojos de golpe y saltó de la cama para acercarse.

Entonces supe que no estaba usando sujetador.

La abracé y besé su cabeza, la tomé en mis brazos y con cuidado la senté en la cama.

De rodillas en el piso, me acomodé entre sus piernas.

-Déjame ver tus muñecas.

Ella estiró los brazos mostrándome sus muñecas envueltas con una venda blanca.

Comencé a quitarla.

-Están curadas. -Le di un beso.

Ella sonrió.

-¿Me parezco a ti como lobo?

Hice una mueca, yo no recordaba muchas cosas de ayer.

-No lo sé, sé que desperté y abajo estaba todo destruido, tú estabas sin ropa, igual Kera, y me dolía mucho la cabeza, horas después despertaste, me dijiste de tú transformación y volviste a caer dormida.

Sus mejillas se pusieron rosadas.

-Tu... ah, no recuerdas eso.

Tomé su rostro.

-¿Qué cosa?

Miró hacia otro lado avergonzada.

¿Qué le ocurría?

Aspiré hondo cuando sentí un olor muy adictivo, por alguna razón Medow estaba excitada.

Yo estaba duro desde que llegué a casa.

Luna del Lobo#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora