"Ámame a pesar de todo". Parte 1

Un peso en el alma

Era su última noche en casa de Clara. Le habían preparado una emotiva cena de despedida.

Pese al poco tiempo que llevaban de conocerse, la hicieron sentir que era parte de su familia. Y ellas, se habían ganado un lugar de privilegio en el corazón de Azul. La recibieron en su casa, casi sin conocerla. La escucharon, la aconcejaron, la mimaron.

Cuando salió de Argentina, con la intención de torcer su destino, nunca pensó que se iba a cruzar con personas a las que iba a estimar tanto. Y a sentirlas como familia.

Más allá de lo que sucediera a partir de mañana, con Eve, su viaje había valido la pena y su vida no volvería a ser la msima.

Llevaba más de media hora tratando de dormirse. Le resultaba imposible, la ansiedad y los nervios le estaban jugando una mala pasada.

Buscando distraerse, tomó la cámara de fotos. Iba pasando las imágenes, reviviendo a través de ellas todos los lugares que había visitado junto a Clara.

El riquísimo almuerzo que habían compartido en Manolo, un pedacito de Argentina para no sentir tanto la distancia. Le había dicho Clara.

Se quedó largo rato mirando la foto en la que estaban en la playa. La caminata a orillas del mar, remojando sus pies. Fue increíble sentir la tibieza del agua, relajante. 

Poco a poco, el recuerdo de la charla que habían tenido invadió sus pensamientos.

Mientras caminaban, el teléfono de Azul sonó indicando que había recibido un mensaje. Era de su mamá. El rostro se le transformó. Dejó de sonreír, se le ensombreció la mirada. – Es mi mamá. Discutimos antes de viajar y ahora me manda este mensaje: "Que decepción Azul. Vengo hasta tu casa y no te encuentro. Pensé que después de lo que hablamos, no ibas a viajar. ¡Por qué desperdicias tu vida con esta locura! ¡Yo no te eduqué para esto!"

Siempre termina logrando que me sienta tan mal...

– Por qué ¿Qué hiciste de malo para sentirte así?

– Creo que nada. Pero ella siente esto como una traición. Su hija la perfecta, la desobedece y para irse detrás de una mujer. Es imperdonable.

La noche antes del viaje de egresados, también discutimos por el mismo tema: Eve.

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8 años atrás

Terminó de preparar la valija para el viaje y bajó de su habitación para cenar.

Casi no había comido. La ansiedad y los nervios le impedían pasar bocado.

Cuando todos terminaron de cenar, quiso levantarse de la mesa. Pero su madre le hizo un ademán de que se quedara: – Azul, necesito hablar con vos.

Se lo dijo con una seriedad que preocupó a Azul.

– Pasó algo ma?

– No hija, por ahora no pasó nada. Pero quisiera que charlemos. Para evitarnos un disgusto más adelante.

– Si lo decís por el viaje, quedate tranquila ma, no pienso hacer nada malo. Además voy con Eve.

– Ese es el problema.

– No te entiendo mamá. Qué problema podría haber con Eve, es mi mejor amiga de toda la vida.

– Mirá Azul, esto es simple. No quiero que te juntes más con ella y punto.