Se alguien especial para mi.

¿Dónde estas?

A la mañana siguiente desperté un tanto adolorida. Me dolían los ojos por el mar de lágrimas que desperdicie la noche anterior. Me sentía abarrotada, llena de dolor y tristeza. No me quería levantar, sentía demasiado peso en mi que causaba que volviera a cerrar los ojos para nunca despertar. Sin embargo, alguien toco la puerta y lo primero que pensé fue en un-¡Maldita sea!

- ¡Madi! Es mamá, puedo entrar.- la verdad es que no quería a nadie a mi lado en estos momentos. Quería estar sola, ahogarme en mis penas y desear estar lejos de este infierno.-¡Madeline!¿aun sigues dormida?- escuche, pero yo solo gruñí.- Como sea, voy a entrar.-

Escuché como la puerta se abría y los pasos sigilosos de mi madre al entrar.
Camino lentamente hasta llegar hasta mi cama; se apoyo en ella y en ese preciso momento sentí el calor de su mano al pasar por mi cabello.

- Madi, lamento que estes pasando por un momento difícil ahora mismo, pero debes levantarte ahora mismo. Corazón. -gemí- Quiero hablar contigo sobre lo que pasó ayer y del por qué Adam salio de tu habitación.- al escuchar ese nombre, un taco en la garganta se me formo.
- ¿No puede ser para después?- contesté
- Madi, por favor levantaté y mira a tu madre a los ojos. ¿quieres?.- escuchar esas palabras salir de su boca no tenía precio. De verdad le importaba y mucho. Ella me amaba y quería que estuviera bien siempre. ¡Claro! Es mi madre y yo soy parte de ella.

Decidí acomodarme en la cama y mientras lo hacia, con la sábana limpiaba mis babas. Me senté al frente de ella y la mire a los ojos. Su calidez y sencillez me transmitio protección y amor.

- ¿Pasó algo entre tu y Adam? -preguntó mi madre y yo asentí con la cabeza. - Dime, ¿qué fue lo que pasó exactamente?

- ¡Mamá! - dije en forma de queja, no estaba lista para escuchar sus concejos.

- Madeline, necesito saber que fue lo que sucedió exactamente para así poder ayudarte hija. - dijo mi madre y un suspiro se me escapo. Estaba dispuesta a contarle todo a mi madre; de todas formas se tenía que enterar.

- Ayer; Adam y yo discutimos porque no le gusta compartirme. Saco a la luz de que Alex es lesbiana y hablo sobre Derek. Diciendo que el esta obsesionado conmigo. Luego de esa discusión; Adam se marchó y entonces ocurrió la pelea. Yo intenté separarlos, pero me lleve un regalo.-señale a mi ojo.- la Sra.Young llego a buscar a Derek y yo me fui con ellos, mamá. No quería estar en esa escuela ni un minuto más. Entonces ocurrió lo del accidente y todo lo demás; cuando subí a mi habitación. Adam estaba aquí, quería arreglar las cosas, disculparse, pero todo se fue cuesta abajo. Básicamente nuestra relación esta hecha un desastre y todo por mi culpa. Por hablar, sin antes pensar las cosas.- decía mientras las lágrimas comenzaba a salir y en ese preciso momento  mi madre me abrazo fuertemente.

- Ya mi niña. Tranquila.
- Lo deje ir mamá, dejé que se marchará Adam.- decía entre lágrimas y mi madre se aparto un poco de mi cuerpo.
- No digas que fue tu culpa y mucho menos que lo dejaste ir. Él se marchó solito, si de verdad te quería debió quedarse y luchar por ti. En lugar de eso, el tomo la decisión de irse.
- Mamá, no digas eso.Apenas entiendes lo que está pasando...
- Madeline; yo he pasado por lo mismo varias veces en mi vida y siempre decía que por alguna razón esas personas se marchaban de la misma. Solo dale gracias a Dios de lo que seguramente te esta liberando.
- ¡MAMÁ! - que decía mi madre, acaso se volvió loca.
- Madeline, quiero que pienses bien las cosas. No ves que Adam es un hombre controlador. Que le gusta tenerte dis que para él. Es un controlador, un celoso machista.
- ¡Qué cosas dices mamá!
- Estoy feliz por ti... ya es hora de hacer borrón y cuenta nueva; cariño - mi madre se levantó y se marchó de la habitación sin decir más. Mientras yo me quede sentada, pensando en todo lo que me acaba de decir.