--¡Papá! ¡Ayúdame! – Ella logró fingir una voz llena de dolor y miedo. Vi como el lobo grande dudaba un poco en la batalla, levantar su cabeza y mirar en procedencia al bosque, donde ella había gritado. Esa era la distracción.

Como el lobo estaba buscando señales de su hija –Lo que me fue una gran sorpresa, debo admitir- no notó que desde atrás yo me estaba acercando corriendo apuntando con la punta de la espada su cuerpo. Pero los otros dos lobos lo vieron. Estaban de mi lado. No hicieron movimientos que me delataran. Entonces respiré profundo y rápidamente enterré la espada en su costando hasta la empuñadura. Intenté quitar el arma de un tirón pero no tuve suficiente fuerza, así que solo pude retroceder rápidamente para quedar fuera del alcance del eufórico lobo.

Ahora que se encontraba gravemente herido sus movimientos se volvieron torpes. Vi como los dos lobos con los que antes estaba luchando fácilmente pudieron con él. A penas alcancé a girar mi rostro para no ver la horrible escena antes que con las potentes mandíbulas desgarraban la carne del lobo. Dirigí la vista donde Mica se encontraba. Ella mantuvo sus ojos en el suelo en todo momento.

Entonces caí en cuenta lo que la niña había hecho. Me di cuenta porque le costó tanto hablar, porque su mirada parecía perdida. Ella de alguna forma consiguió las llaves de mi celda de su propia casa, como la hija de un alpha debía tener algunas facilidades para ir a cualquier lugar. Ella se las había arreglado para asegurarse que su padre terminara muerto. Si había visto todo este tiempo las cosas que ese hombre hacía tal vez ella tenía algún trauma. Yo no podría superarlo fácilmente. Al caer el alpha inmediatamente todas las batallas de los guerreros cesaron. Todos se miraron inseguros sobre lo que debían hacer a continuación. Levanté mi cabeza y dirigí al medio de la multitud. Desee que Damián se encontrara aquí, porque no tenía ganas de involucrarme con manadas y cosas de hombres lobo. Tal vez permanecer apartada sería lo mejor para mí. Lamentablemente la situación no me lo permitió.

--Tomen prisioneros a todos los que lucharon del lado de alpha Robert. Manténgalos con vida – Indiqué con confianza falsa en la voz. Hablar con lobos enormes no se me hacía muy fácil – Esta manada ha regresado con su antigua administración.

Vi como muchos cambiaban a sus formas humanas, quedando incómodamente desnudos frente a mis ojos. Todo el mundo podía reconocer a aquellos que eran aliados y los que eran enemigos. Los guerreros de alpha Robert intentaron escapar, pero la gran mayoría logró ser capturado. Los de mi manada conocían la ubicación de las celdas. Me acerqué a Mica quien no se había movido y la tomé del brazo suavemente. Le pedí las llaves. Ella me las entregó temblando ligeramente. Le pedí a un guerrero que se encargara de los prisioneros, el que pareció muy alagado con que le hablara directamente. Vi como algunas mujeres y hombres con conocimientos médicos atendían a aquellos que resultaron heridos.

Le pedí a las tres personas que llegaron desde fuera liderando los grupos que desataron la batalla que se reunieran conmigo. Decidí que Mica se quedaría cerca de mí en todo momento. La tomé de la mano y ella me apretó con fuerza. Ahora tendría que enfrentarme con mi pasado. Después de mucho tiempo, dos años, volvería a estar cara a cara con ella. Era la única conocida. Los dos muchachos nunca los había visto en mi vida.

--Muchas gracias por haber intervenido – Fue lo primero que se me ocurrió decir cuando me encontré con ellos tres. Decir que estaba nerviosa sería un eufemismo – Perdonen por preguntar, ¿Quiénes son ustedes?

-- Alpha Rick y Sam – Uno de ellos se presentó. Entonces me di cuenta que no se trataban de completos desconocidos. Eran unos de los alphas que se encontraban marcados como difíciles de tratar – Esta señorita nos fue a buscar y convenció de intervenir.

--Alexia, yo... -- La miré a los ojos. Quise poder eliminar todo mi pasado y pensar en ella como una amiga, buscar consuelo. Pero me fue imposible. Seguía viendo el pasado en ello. Cosas desagradables que no quise revivir – Gracias.

Se limitó a asentir.

Iba a continuar hablando, pero una chica de aproximadamente mi edad entró un poco agitada y se dirigió directamente a mi. Odié estar a cargo. Ella habló con la respiración entrecortada, como si estuviera muy nerviosa y acabara de correr.

-- Luna -- Dijo -- Hay unas personas que están ansiosas por verla fuera.

-- Ya vuelvo -- Murmuré a las tres personas que se encontraban conmigo. Le hice una seña a Mica para que me acompañara fuera. Seguí a la muchacha hasta donde una pequeña conmoción se estaba formando. Rodeados por una buena cantidad de guerreros se encontraba Damián. Me sentí aliviada y corrí hacia él. Toda su familia se encontraba en el lugar, luego tendría tiempo para saber que sucedió. Daniela también estaba en el lugar. Olivia estaba conversando con Dean en voz baja. Me alegré que todos estuvieran bien. Y que ya no tendría que ser yo quien se hiciera cargo de todo.

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Llevé a Mica a una habitación donde podría estar tranquila. Noté que la niña no se sentía de humor para hablar, así que la ayudé a deslizarse bajo una sábana y me quedé a su lado observando como poco a poco el sueño y cansancio se apoderaban de ella. Seguía sin creer lo que ella había hecho

Por fin tuve unos momentos a solas. Cuando mis amigos se desocuparan irían al cuarto para hablar. Debía contarles lo que hice a escondidas. Y que mis planes no resultaron salir justo como esperaba, pero al menos todos estábamos bien. Recordé el rostro de  Damián y Dean. Ambos lucían horrible, y temí que eso fuese todo por mi culpa. Primero haberme llevado a Olivia y luego desaparecer yo.  

Ellos fueron a la habitación dos horas después. Yo estaba junto a la ventana mirando como las personas comenzaban a recoger escombros y reparar los edificios menos dañados. Mica dormía profundamente. A la habitación llegó Damian, Dean, Liv y Tyler. El resto estaba poniéndose al día con viejos amigos.

Dean parecía estar exactamente como imagine. Tenia el rostro rojo de furia contra mi. Y yo pude comprenderlo perfectamente. Liv mantenía una mano contenedora en su brazo. Damiàn parecía aliviado, pero igualmente molesto.

El momento de dar explicaciones era ese.

Holaa, ¿Cómo están? Lamento no haber subido entre semana, pero no tuve tiempo para terminar el capítulo.

En el siguiente cap publicare las preguntas que hagan, asì que esta es la última oportunidad para formularlas. Pueden preguntar sobre los personajes o su linda autora a su servicio (?) 

También es el momento para dar opiniones sobre la historia :D recuerden que queda muy poquito.

Los ama...

-Valerie

Alpha DamiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora