Capitulo 8

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¿Sabéis la gran mierda que es limpiar una mansión todos los putos días de la semana?
Oh,no,no lo sabéis bien.
Hace tres días me pinté las uñas tan malditamente bien,que me asombre a mí misma.Quedaron preciosas.¿Imagináis cómo están ahora?
Si,totalmente descascarilladas y han cambiado de ser rojo,a rosa blanquecino,por culpa de los detergentes y lejías que debía usar todos los días.
Tenía la mayor parte del día los dedos arrugados,y cuanto tocaba la mayoría de las cosas sentía el doble de sensibilidad.Se me resbalaba todo con las manos arrugadas por el agua y rompí más de un vaso cada vez que los fregaba.
¿Por qué no usar el lavavajillas si está tu maltratada hija para limpiarlos por él?
Tenía dos ampollas en los pies,debido a tener que estar andando descalza por las terrazas para lavarlas,por todos los productos químicos que mis pobres uñas y dedos tenían que aguantar.Ya queda poco,pequeños.
Estoy en mi penúltimo día de limpieza.Sábado.
Mientras todos los adolescentes salen por ahí a divertirse y emborracharse por qué no tienen que limpiar una mansión,yo estoy aquí,limpiando suelos y maldiciendo entre dientes.La música es la única que me ayuda a relajarme.
Para colmo de todos los males,era objeto de burla de Alex.Cada vez que me resbalaba,se me caía un vaso o me caía yo,cada vez que tenía que agacharme para recoger las fregonas y tropezaba,cada vez que un producto químico se me metía en una herida y chillaba de dolor,adivinad quién era el primer y único espectador que me observaba:él.
Cuando por fin dejaba de hacer el ridículo y dejaban de caérseme cosas,él ya no estaba.Y siempre que lo hacía,tenía un par de ojos observándome.Maldita sea.
Tenía que aprender a controlar mis impulsos cuando estaba cabreada.No quiero volver a tener que limpiar esta mierda de casa.
Cuando por fin acabo de recoger las últimas hojas de la terraza de arriba,bajo al pasillo que da a las habitaciones.Abro la puerta con la intención de que se escuche y manifestar mi cansancio y odio hacia todo el que se me acerque.Me desplomo en la cama y resoplo,agotada.Sin duda he quemado más calorías que en toda mi vida,habré bajado de peso y tendré los brazos mucho más musculosos.
O eso espero.
Cojo el móvil para ver si alguien me ha escrito,y aunque solo haya sido Anna en lo que llevo de tarde,es suficiente para hacerme ser feliz una milésima de segundo.
Le respondo rápidamente y me ducho para poder por fin dormir tranquila y esperar hasta el próximo día de limpieza y tortura.
Cuando el agua cae sobre mi piel alivia parte de las tensiones que llevo acumuladas durante todo el día.
¿Soy la única persona que se ducha con el agua hirviendo y es capaz de soportarla?
La canción de Unwritten suena por los altavoces de mi móvil,y tarareo en un murmullo el estribillo,para que no se me escuche.
Cuando cojo la toalla,voy a mí habitación de nuevo para cambiarme.Me coloco el pijama y estoy dispuesta a dormir,cuando tocan a mi habitación interrumpiendo mi sueño.
-Al...-la voz de mi madre se interrumpe.-¿Se puede saber qué haces dormida ya? ¡Tienes que cenar!
Gruño y escondo mi cara en la almohada.
-Estoy cansada mama,no tengo hambre.-respondo,mi voz ahogada por la almohada.
Mi madre se apresura a descorrer la cortina,por la cual entra un poco de luz aún,del atardecer,y entrecierro los ojos.
Me pregunto si en mi vida pasada fui un vampiro.
-Te quiero en 5 minutos en el jardín,vamos a hacer barbacoa.
Gruño una vez más y levanto el dedo en señal de afirmación para que me deje vivir de una vez.
Odio todo a mi alrededor ahora mismo.
Me coloco unos pantalones vaqueros que llegan hasta las rodillas y una camiseta rosa palo suelta.
No pierdo el tiempo en buscar unas zapatillas cómodas,me conformo en ir con chanclas.
Bajo los escalones y cuando llego al jardín están todos.Todos menos Alex.
Espera,¿Alex puede escaquearse de la comida familiar repugnante y yo tengo que soportar una semana de tortura,y encima esto?  Ni hablar.
Decidí mantenerme callada antes de cagarla aún más,y aguardé esperando a que apareciera.
Después de lo que fueron minutos eternos,él apareció por la puerta de entrada.Lo mire de arriba a abajo disimuladamente.Vaqueros y camisa blanca.Se iba de ahí y yo me quedaría como una imbécil comiendo salchichas y carne.
-¡Eh! ¿Alex puede irse y yo no?-me quejé.Todos se dieron la vuelta en mi dirección,y el mencionado se detuvo.
-Estás castigada.-soltó mi madre.
-Estoy castigada limpiando la casa,no sin salir.¿O también estoy en cautiverio como los osos?
Alex se aguantó una risa y le fulminé con la mirada.
-Estás castigada,y eso implica todo.Diviértete Alex.-le dedica una sonrisa amable a Alex.
Me desplomo en mi asiento indignada.
Alex me levanta una ceja y me hace una burla.Se despide poniendo dos dedos en su frente y separándolos,y dice:
-Que te diviertas,Helena.
Se aguanta la risa y se va por el camino de piedras,que desaparece detrás de unos setos.No aguanto más.
Me levanto enfurecida y echo a correr detrás de él.Mi madre me grita que me detenga pero hago oídos sordos a sus palabras.
Cuando lo alcanzo está llegando a su coche,y se da la vuelta para verme.Levanta las cejas y se cruza de brazos.
-¿Quién te crees que eres para decirme eso?
-¿He dicho algo malo?-dice poniendo las manos en alto,inocente.
-He tenido que limpiar toda la casa yo sola,sin ayuda de nadie,cuando tú fuiste el responsable de ese desastre.Estoy agotada siempre y cuando por fin creo que voy a descansar me despierta mi madre para,¿Adivina que? Limpiar.
Esperaba ver en su mirada una mínima señal de arrepentimiento o culpabilidad,pero por mucho que mirara,solo encontraba diversión.
-Las niñatas como tú suelen caer mal incluso a sus propias madres.-Voy a levantar la mano para darle un guantazo en la cara,pero él es más rápido que yo y coge mi muñeca suspendida en el aire.
-Llévame a casa de mi amiga.-dije intentando que no sonara una súplica.
-¿Que?-dice soltando una carcajada.Odio que se ría de mí.Intento controlar el calor de mis mejillas y grito más fuerte.
-He dicho que me lleves a casa de Anna.-Le miro desafiante y él intensamente.Al final pierdo yo la batalla y bajo la mirada.Esos ojos me hipnotizan.Es imposible no verlos sin sentirse intimidada.
-¿Crees que voy a siquiera subir a una niñata como tú en mi coche?Ni si quiera lo tocaras.-Me soltó la muñeca,la cuál aún sentía la presión de sus dedos en la mano,y abrió el coche mientras se instalaba en él.Arrancó el motor y bajo la ventanilla antes de decir.
-Que disfrutes de tu cena familiar.-Me guiño un ojo aguantándose la risa y se fue,dejando una nube de humo,y a mí,con la dignidad por los suelos,como siempre.

¿Mi hermanastro?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora