❀ Está científicamente comprobado que cuando alguien se enamora, pierde la cordura.
SeHun no cree en esas estupideces, pero JongIn ha desarrollado una técnica infalible para que el futuro padre de sus hijos caiga redondito a sus pies.
Y quien sabe...
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☡Advertencia: Los extras son escenas perdidas en el tiempo, esta parte de la historia está situada aproximadamente cuatro años después de la graduación de la preparatoria. Esta parte de la historia contiene Lime.
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🐹💖🐪
Definitivamente eres tú
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Cuando MinSeok abrió los ojos, lo hizo sabiendo exactamente qué día era, sabiendo que al fin era sábado y que podría descansar en paz. Que no estaba tan cargado de tareas al menos por esa vez y lo agradecía sobre manera. Esbozó una sonrisa de oreja a oreja mientras estiraba los brazos al cielo, envuelto en un montón de colchas que lo mantenían calientito del frío.
Se removió lo suficiente como para alcanzar la mesita de noche junto a su cama y tomó su teléfono celular que marcaba varias notificaciones, entre ellas las de la aplicación de mensajería. MinSeok deslizó el dedo por la pantalla táctil con maestría mientras se mordía el labio inferior, entrando a la conversación que más le apetecía ver a primera hora en la mañana. La de JongDae.
DaeDae💖
¿Bollito relleno o prefieres lechita?↪
MinSeok hizo que sus labios se extendieran, agrandando su sonrisa, haciendo que sus pómulos se levantaran y las comisuras de sus labios fueran hacia el cielo. Se lo pensó un minuto y después de asentir silenciosamente un par de veces se apresuró a teclear.
↩Lo que DaeDae prefiera ↩🌚🌚🌚
El mensaje se envió mostrando las típicas dos palomitas que marcaba el entregado pero aún sin leer. Entonces se decidió a dejar el teléfono en la superficie una vez más para levantarse, debía darse un poco de prisa aunque con honestidad lo que más deseaba en esos momentos era permanecer tirado en su cama hasta el anochecer.
Se puso las pantuflas de ardilla que su novio le había regalado el mes pasado con el pretexto de que quería usar incluso zapatos de pareja, pero claro que como habían estado ahorrando esos últimos meses no habían siquiera intentado comprarlos. Sin embargo una noche JongDae llegó con un par de bolsas en mano y una brillante sonrisa en sus labios, fue así que sacó sus pantuflas de ardilla mientras que él se ponía unas garras de dinosaurio que MinSeok pensaba que iban demasiado acorde a su personalidad.
Los sábados se habían convertido en su día favorito de la semana desde que una vez hacía ya más de un año, había tenido una fuerte discusión con JongDae, de esas peleas de novios que no paraba hasta el mismísimo final, así había estado su relación a punto de ceder al precipicio. Sin embargo, después de decirse a la cara el montón de cosas que pensaba el uno del otro porque la universidad los consumía, especialmente a JongDae, se dedicaron a respirar.
