Capítulo 61

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-¿Estás segura Molly? No me molesta ayudarte -propongo amablemente.

-Hija, eres mi invitada, no puedo dejar que toques ni un estropajo -dice con una sonrisa en la cara.

-Pero es Navidad, vamos -digo con ojos de cachorrito.

Se lo piensa, y me mira:

-Está bien -ríe- Puedes poner la mesa.

Sonrío, mientras cojo los platos. La casa se ha llenado de guirnaldas, y Hermione no tardó en hacer aparecer un precioso árbol nada más llegar.

Todos están haciendo algo. La Navidad para mí siempre ha tenido mucho significado.

En esta familia, Ginny y Ron pueden estar siempre discutiendo, pero en Navidad recordar que se quieren el uno al otro...

Son como los días en los que uno rectifica, en los que se da cuenta de lo verdaderamente importante.

-¡A cenar! -dice Molly.

En menos de dos minutos, ya estamos todos sentados, disfrutando de un delicioso pavo y un montón de entrantes:

-Ya añoraba tu comida mamá -exclama Ginny.

-Gracias hija, se agradece que alguien lo diga -bromea mirando a su marido.

-Ya sabes que te quiero -dice Arthur.

Toda la mesa comienza a reír, y de repente alguien toca la puerta. Ron se levanta, y un par de minutos después entran en la sala Lupin y Tonks:

-¡Remus! ¡Nymphadora! ¿Qué hacéis aquí?

-Molly, ya sabes que no me gusta ese nombre -recuerda Tonks.

-Estamos aquí porque nunca se sabe cuándo algo malo puede pasar -explica refiriéndose al peligro que corre Harry.

-En ese caso venid, uniros a la alegría navideña -digo amablemente.

Ellos sonríen, y se sientan en unas sillas que ha traído Harry del salón.

A medida que avanza la cena, más despreocupados se encuentran todos. Incluso escucho a Ron soltar alguna que otra broma, cosa que nunca había visto antes.

Hablan de cómo ha estado Hogwarts desde que nos marchamos. Sinceramente, no creo que los chicos estén demasiado animados por estudiar teniendo en cuenta todo lo que está pasando, y el peligro que corren. La única que parece todavía interesada es obviamente Hermione.

Sin embargo, sonrío al saber que el quidditch sigue igual que siempre, eso siempre les gustará.

Terminamos la comida, y los regalos comienzan a ser el centro de atención.

Muchos no sabían que iba a estar aquí, por lo que se han sorprendido al ver que he pensado en ellos.

Cuando terminamos, Fred se levanta, haciendo que los presentes le presten atención:

-Ahora que todos estamos aquí, queremos decir algo -informa mirándome.

Sonrío, pero no digo nada. Básicamente porque me estoy aguantando la risa. Si estuviera en la piel de los demás, pensaría en cualquier cosa excepto en lo que es:

-Hace unos meses decidimos volver juntos, y queríamos que lo supierais.

Tonks en seguida nos felicita, y los demás no tardan demasiado. Molly prácticamente salta de alegría, y río al escuchar cómo Arthur le dice a Fred que ni se le ocurra hacerme daño.

Remus y Tonks preguntan si pueden hablar a solas con Harry, así que se van al salón, y el resto nos limitamos a estar por la casa.

Los gemelos y yo nos quedamos en la cocina, y probamos algunos productos que tenemos dedicados para Navidad:

-¡Ah! ¡Casi se me olvida! 

-¿Qué ocurre Em? -pregunta George.

-Tu regalo -exclamo mirando a mi novio.

-Ya sabes que se nos olvidó a los tres, no me tenías que comprar nada.

-No lo he hecho -sonrío.

Él frunce el ceño:

-Se me ocurrió esta mañana, mientras escribía una carta para Brook.

Saco a Trébol de mi cinturón (sí, a veces la guardo ahí):

-Expecto patronum -conjuro de manera calmada.

Una loba plateada aparece en la habitación, y río mientras pasa por los pies de todos:

-¡Aprendiste!

Asiento:

-Nada más volver.

Le miro a los ojos por un instante, los dos sabemos el significado de eso, y es un regalo mucho más especial que cualquier otra cosa en la que pudiera pensar:

-¿Tu patronus no era un lobo, cariño? -pregunta Molly, dejando a un lado los platos que estaba limpiando.

-Sí, curioso ¿verdad? -responde Fred.

La señora Weasley sonríe:

-Más que curioso.

-Sólo pones esa cara cuando pasa algo -deduce George.

-He oído de algo así muy pocas veces, pero sabéis lo que es un patronus, ¿verdad?

-Sí. En resumen, una representación del alma -digo.

-Exacto. Y los vuestros son un lobo y una loba, lo que significa que-

-Somos almas gemelas... -termina Fred.

La alegría llena mis venas, y casi por instinto le beso de manera breve, para luego fundirnos en un abrazo.

(...)

-¡Chicos! ¡Arriba! ¡Daros prisa!

Abro los ojos con pereza, extrañada debido a lo pronto que debe ser. Sin embargo, al ser Molly la que grita, no tardo en despertar a los gemelos:

-¿Qué ocurre? -pregunta Fred.

-No lo sé...

Los tres salimos de la habitación, y vemos horrorizados a través de la ventana cómo la casa se encuentra rodeada de llamas:

-¡Tenéis que marcharos! ¡Deprisa ! -avisa la señora Weasley.

-¿¡Qué ocurre!? -pregunta alarmado George.

-Mortífagos.

Abrimos los ojos, con una mezcla de miedo y sorpresa. Bajamos las escaleras lo más deprisa que podemos, y en poco tiempo acabamos fuera.

Se escucha la cínica risa de Bellatrix Lestrange, pero no consigo verla y empiezo a sentir estrés debido a la confusión:

-¿Dónde está Harry?

-Ha ido tras Bellatrix  -responde Molly preocupada- También Ginny... Pero Remus, Tonks y vuestro padre han ido tras ellos.

Veo cómo George asiente de manera casi imperceptible:

-Entonces estamos todos fuera, ¿verdad? -inquiere Fred.

-Sí, gracias a Merlín.

Mi novio me abraza, como temiendo que vaya detrás de Harry. Esperamos con el corazón en un puño a saber si están bien...

De repente, un estruendo hace que nos giremos hacia la casa.

Ahogo un grito al ver cómo la Madriguera comienza a ser consumida por las llamas.

Los chicos aparecen entre las hierbas, también quedando petrificados ante la escena:

-Oh... Merlín... -susurro.

-No pasa nada, lo que importa es que estamos todos bien -dice Fred.

No le falta razón, pero sé que esto marcará un antes y un después. Ya no estamos seguros en ninguna parte...

Jokes And Sugar (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora