Capítulo 09.

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    — Te lo agradezco, Jeller, no sé qué haría sin ti.

    — Ser el mejor, igual que ahora, sin duda — le sonrío a Anthony, él besa mi mejilla antes de alejarse por el pasillo. Suspiro entre aliviada y frustrada, mi ultima tutoría, hoy he dado mi última tutoría. A menos de cuatro meses de graduarme el director a sido claro diciendo que los de ultimo año tienen que enfocarse en aprobar los exámenes finales. No me estoy quejando en realidad.

Me alejo de la mesa de la cafetería y camino hasta mi casillero, introduzco la contraseña y abro la pequeña puerta, antes de poner dentro los libros de historia y cálculo.

Cierro el casillero, doy media vuelta y camino hasta el estacionamiento. Hoy no tengo a Bella para llevarme a casa, así que papá se ofreció a pasar por mi, cuando estoy al borde de la acera veo su auto acercarse. Cuando finalmente se detiene junto a mi, le sonrío.

    — Hola, cariño.

    — Hola, papá.

Me coloco el cinturón y él da marcha, sacándonos del terreno del instituto. Tecleo en la radio hasta dar con mi emisora favorita, música rock. Papá no se queja, pues según él, esa es la música de su joven época.

Continuamos unos minutos en silencio hasta que nos quedamos atascados en el tráfico. Joder. Papá se aclara la garganta, esto es malo. Me siento de manera que puedo verlo de frente, entre cierto mis ojos hacia él.

    — ¿Qué sucede?

    — ¿Qué opinas de una cena esta noche?

Bueno, opino que es una mierda de idea, porque claramente la cena no es para dos. Es para cuatro. Sin embargo, solo por tratarse de papá, sonrío.

***

Me calzo los incómodos zapatos negros de tacón de cinco centímetros, no es que no esté ya acostumbrada, pero, al tratarse de un tacón tan pequeño —cosa que yo no suelo usar—, molesta.

Papá por fin aparca, entonces salimos del auto. Caminamos hasta la recepción, damos nuestro nombre y nos guían a la mesa. Veo a al menos tres compañeros del instituto, maldiciendo interiormente, les sonrío y me acerco a saludarlos brevemente, encantando a los padres en el camino.

Cuando consigo llegar a la mesa, sonrío y saludo sin ganas, pues los pies me están matando.

    — Buenas noches, espero que disfruten su estancia, soy Marco y hoy tomaré su orden.

El mesero se queda con nosotros los cinco minutos que nos toma elegir algo del menú. Luego se retira.

Papá y Alessandra se mantienen llenando los silencios que Ashton y yo provocamos, cuando han parloteado por cinco minutos, deciden que debo ser le centro de atención.

    — Entonces, Jeller, ¿qué planeas estudiar? — pregunta Alessandra.

    — He pensado en graduarme en Ciencias Políticas y Sociología — digo, al tiempo que llegan con unos entrantes a nuestra mesa. Como un poco para matar tiempo.

    — ¡Eso es genial! ¿Tienes ya pensada la universidad? — niego.

    — Lo resolveré en estos meses — ella asiente y sonríe algo forzada. Ubica sus manos al borde de la mesa, sosteniéndose de esta — ¿Estás bien? Estás pálida.

Not A Good GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora