Capítulo 1:

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Ya ha pasado casi una semana desde que partimos de Inglaterra, me siento muy feliz ya que jamás había tenido unas vacaciones como estas y aún mejor con la compañía de Paul.

En la noche hay una gran fiesta en la proa del barco, donde tanto como pasajeros y tripulantes están invitados, algo así como alrededor de dos mil personas. Da la casualidad de que justo hoy este cumpliendo un año de casada con Paul, (la verdad no me asombraría que él hubiera organizado esta fiesta).

Hace un rato Paul subió, no quería que me viera con mi precioso vestido antes de la fiesta. En menos de  diez minutos después fui hasta la proa y allí estaba él, nunca lo había visto tan guapo, sentí como un montón de mariposas volaban en mi estómago como la primera vez que lo vi. Me acerque tranquilamente hacia él y cuando me vio no pudo evitar sacar su más tierna sonrisa.

—Estás hermosa —dijo mientras tomaba mi mano con delicadeza hacia la mesa mejor ubicada que estaba especialmente reservada para nosotros. Se veía muy romántico con velas y pétalos de rosas esparcidos por toda la mesa, y como buen caballero Paul me invitó a que me sentara.

La comida no tardo mucho, debo decir que estaba exquisita, nunca había tenido una cena tan deliciosa. Unos minutos más tarde el me invitó a bailar y yo no podía negarle la invitación, bailamos de todo lo que nos ponían, aunque el momento más especial fue cuando pusieron un vals y me sentí igual que cuando bailamos en nuestra noche de bodas. Después de bailar nos volvimos a sentar en nuestra mesa a hablar un poco, debo decir que la noche nunca perdió su encanto.

Supongo que la velada era el regalo que Paul me había dado por nuestro aniversario, sin embargo yo no podía quedarme atrás, así que decidí que era el momento adecuado para darle su regalo, el problema era que no lo tenía allí, tenía que bajar hacia nuestra habitación.

—¿A dónde vas? —dijo Paul apenas me levante de mi silla.

—Ya lo veras —le di un dulce beso en sus labios y me fui.

Conocí a Paul hace unos cuatro o cinco años, en la cafetería donde trabajaba, se llamaba café Rouge y estaba situada en Penny Lane. El era un cliente frecuente ya que trabajaba en un banco que queda a unas pocas cuadras de allí.

Siempre era yo la que lo atendía y muy pronto nos volvimos muy buenos amigos, pasábamos sábados enteros conversando y en mis tiempos libres salíamos a divertirnos.

El tiempo pasaba y yo me sentía cada vez más atraída hacia él, su personalidad, sus ojos, sus labios, me empezaron a gustar más y más. Llego ese momento donde me había enamorado de él, cada sonrisa que él me hacía o con el solo hecho de pensar en el  mi estómago sentía como volaban miles de mariposas y como mis pómulos se sonrojaban, el problema era que yo no sabía si el sentía lo mismo por mí, igual por mi cuenta nunca lo conseguiría ya que no tenía el valor suficiente como para contárselo.

Sin embargo un día mis sueños se hicieron realidad, Paul me invito a cenar después del trabajo, supuestamente sería una cena casual como muchas que ya habíamos tenido, lo raro fue cuando él me llevo a mi restaurante favorito y después de la cena me llevo al parque más cercano y allí bajo la luz de la luna tomo mis manos y me miraba a los ojos,yo estaba convencida de que me quería decir algo pero el estaba muy nervioso, finalmente se lleno de fuerzas y me pregunto: "tu me gustas desde hace mucho tiempo, emmm...¿Quieres ser mi novia?". En ese momento mi corazón paro de latir como una fracción de segundo y sin dudarlo ni un instante le dije si, los dos no pudimos contener una gran sonrisa, el me abrazo y puso su frente en la mia y en ese instante me dio lo que yo tanto había soñado... un beso.

Nuestra relacion iba muy bien, Paul era el mejor novio que habia tenido. Es muy detallista y atento

Un día normal de trabajo para mí, el llego a la cafetería y delante de todos se arrodillo frente a mi y junto con una cajita que contenía el más precioso anillo, me hizo la pregunta que terminaría en un cuento de hadas: "¿Quieres casarte conmigo?", de nuevo no dude y acepte, todos se alegraron e hicimos una fiesta (como si yo hubiera sido la última persona en enterarme).

El día de la boda fue el mas especial de mi vida me sentía una princesa que había encontrado a su príncipe azul y iban a tener su "felices para siempre" nuestra familia y amigos fueron.

Lo mejor fue que sabía que una nueva y feliz vida acababa de comenzar.

YesterdayWhere stories live. Discover now