18. Peleas y reconciliaciones.

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Habían pasado dos semanas desde que Fred, George y Annie habían hecho la apuesta con Charlie. Catorce días sin hacer nada divertido, los gemelos parecían poder sobrellevarlo, pero la niña estaba enloqueciendo.

En esa semana Charlie le había decolorado el cabello a Snape, volviéndolo rubio. Había convertido a la Sra. Norris en un perro que perseguía constantemente a Peeves, hizo que el puré de patatas le estallara en la cara a todos y cada uno de los de la mesa de Slytherin, también transformó el piso de la sala común de Ravenclaw en arena movediza e hizo aparecer una cantidad incontable de tejones en la sala de Hufflepuff, entre otras pequeñas bromas con bengalas y bombas apestosas. Y lo más asombroso de todo, era que ningún profesor o encargado lo había atrapado haciéndolas.

En esa semana Annie se dio cuenta de tres cosas. La primera; el trato era desfavorable para ella y sus amigos, puesto que ellos debían soportar la tentación de hacer alguna travesura mientras que Charlie disfrutaba el hacerlas y al ser el prefecto, nadie sospechaba de él. La segunda; el prefecto de seguro sabía de qué se trataba el pergamino o al menos lo sospechaba. Y la tercera; Katie estaba enfadada con ella, pero no sabía por qué.

- ¿Qué demonios le sucede a Katie?- preguntó Annie a Angelina mientras desayunaban.

Katie se encontraba del otro lado de la mesa, sola.

- No lo se.- contestó la morena dudosa.- Está así hace dos semanas, pero cuando no estás conmigo, parece estar todo en orden.- comentó.- Sin ofender.

Annie frunció el ceño.

En ese momento, los gemelos entraron. Llevaban unos gorros en la cabeza, cosa que extrañó a la pequeña, ya que no hacía tanto frío como para llevarlos. Lucían tensos.

- ¿Y eso?- preguntó señalando los gorros.

- No preguntes.- dijeron.

- Lindos gorros.- señaló Charlie conteniendo la risa al pasar junto a ellos para luego sentarse en la mesa de los tejones con su novia.

La niña bufó y los miró levantando una ceja interrogante.

- Qué pasó.- dijo sin molestarse en que suene como una pregunta.

- Te diremos sólo si prometes no reírte.- le dijo George.

- ¿Lo prometes?

- No.- respondió ella.

Los gemelos la miraron con el ceño fruncido y ella pudo deducir que sea cual sea la razón por la que llevaban esos gorros no era un asunto de risa. Parecía serio.

- Bien, lo prometo.- desertó.

Annie pudo notar como Charlie le hablaba a la rubia en su oído mientras miraba a sus hermanos, ella soltó una carcajada. La niña se levantó de la mesa y le indicó a los gemelos que la siguieran hacia afuera.

-Vamos chicos ¿Qué sucede?- preguntó curiosa.

- Charlie nos embrujó el cabello.- dijo Fred apretando los dientes.

-¿Qué?- preguntó Annie sin comprender del todo.- ¿Es decir que son calvos?

- Peor.- dijeron y se levantaron los gorros lo suficiente como para que solo ella pudiese ver su cabello.

- Oh por Merlín.- dijo observando el cabello negro de sus amigos.- No creí que viviría lo suficiente para ver a un Weasley que no sea pelirrojo.

- Intentamos de todo para devolverlo a la normalidad.- argumentó George.

- Pero es imposible, no es un hechizo común.- dijo Fred.- Y no pienso ir a clases así.

Annie agitó su varita en dirección a sus cabelleras, pero lo único que consiguió fue que el negro se intensificara.

Mis cómplices, Fred y George Weasley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora