Madre mía, ese traje...

Los colores destacan los restos del tono dorado de su piel, causados por el sol del verano. El uniforme se le ciñe a su perfecta y delgada figura, se nota que se cuida. Y la falda deja ver sus muslos fortalecidos. Lleva una coleta bien alta, y aún así su pelo le cae un poco por debajo de los hombros. En ella tiene un lazo rojo que contrasta con su pelo castaño. Y para acabar, unas Stan Smith blancas y negras, que con el sol de la mañana, llaman bastante la atención.

Con suerte no enseña tanto como en las clases del internado, así Andrés no podrá disfrutar de esas vistas. Aunque con la confianza que hay entre ellos dos doy por seguro que la vió hasta en bikini.

Hablando del rey de Roma. Ahí está.

Cómo babea. Luego me dicen a mí. Mierda, que no vaya a hablar con ella. Que no se acerque.

Y lo ha hecho. Laura le saluda con un abrazo y habla de no sé que. Él asiente con la cabeza mientras que la viola con la mirada sin tan siquiera disimular. Pero Ale sí que se da cuenta y se interpone entre su contacto visual.

Ale, algún día te haré un altar.

El entrenador del equipo contrario nos avisa de que el partido va empezar, así que nos preparamos, y como siempre, Iker nos quiere decir unas últimas palabras. Antes de dirigirme donde ellos, hecho la última mirada a la parejita feliz, y veo como Laura se despide de él con un beso.

¿Qué coño...? Osea, un beso en la mejilla. Pero aunque en España nos despidamos con dos besos, nunca llega verdadermanete a haber contacto. Joder, yo también quiero que cada vez que le diga adiós me de un beso.

No os por lo que creéis. Solo para marca territorio y añadirla a mi lista.

Estoy al 80% de posibilidades de que seguramente no sienta nada si sus labios llegan a rozar mi piel. Veo como Andrés se aleja y Laura se reúne con su equipo. Vale, ahora estoy al 75% .

—Pues eso es todo, recordad que lo importante es participar, pero no es lo mismo participar con ganas de victoria a participar por aburrimiento. Confío en vosotros, chicos.

Mierda, me he perdido las frases de motivación. Bueno, no creo que las necesite.

NARRA LAURA

Todas las animadoras salimos al campo de fútbol, teniendo claro lo que tenemos que hacer.

Nos colocamos en línea, y de forma paralela a las animadoras del equipo contrario.

Bien, vamos allá.

Doy un paso al frente, y su capitana hace lo mismo. Es una chica de pelo marrón clarito, un poco más baja que yo, y debe de tener más fuerza en los brazos que en las piernas. Bien, eso no está equilibrado así que será una base de la pirámide que seguramente hagan.

—Mónica Vidal —se presenta.

—Laura Álvarez —digo mientras nos estrechamos las manos. Hace un amago de darme dos besos, como si de una presentación normal se tratase. Pero antes de que lo haga, retrocedo dejándole las cosas claras. Puedo llegar a ser muy competitiva, y estas cosas me las tomo muy en serio.

—¿Sabes? He oído hablar de ti —le suelto la mano.

—Es el precio de ser famosa y estar buena —respondo guiñándole un ojo. Me giro y le dejo con la palabra en la boca—. Venga, chicas, a vuestros puestos —doy un par de palmadas y todas nos colocamos en los sitios acordados. Esther da paso a la música y los dos equipos empezamos a hacer nuestras elaboradas coreografías.

No me tientes, Álvarez.Where stories live. Discover now