Sureña (La Selección)

CAPÍTULO 2

PUNTO DE VISTA: AMERICA

Tenía que llenar esa solicitud. Tenía que entrar a la Selección. Tenía que aprender a liderar a “Los rebeldes sureños”.
Mi padre me tenía cansada con todas las órdenes que me daba. Y no dejaba de reprocharme porque no sonreí en la foto para la solicitud.
-Si entras en La Selección, tendrás dos simples cosas que hacer.- Dijo mi papá. Como si fuera a entrar, y si entraba, no me quedaría mucho tiempo. -. Lo primero es crear ataques y lo segundo es ……tendrás que matar al Príncipe. Los ataques serán para eso. Para que sepas dónde se refugian, para poder matarlos. Tienes que matarlo, o, morir en el intento. Nosotros nos encargaremos del Rey.
Yo solo asentí.
El objetivo de los sureños era derrocar, matar a la monarquía. Y mi deber era cumplir ese objetivo, sin importar que. Además no sabía quién era, y era más fácil matar a un desconocido que a alguien que ya conoces.                                                             Pero no me percaté de que entraría a La Selección, y, que ahí conocería al Príncipe, pero igual tendría que matarlo.
                ●●●●●●●●●●●●●
Cuando dijeron mi nombre entre Las Seleccionadas. Toda mi familia me miró, lo único que ví en sus rostros era un “ No puedes fallar America”.
Para no poner en riesgo la ubicación del campamento Sureño, teníamos una casa en Carolina. En la cual vivíamos como cualquier familia de cincos. Y fue donde personas del palacio fueron a recogerme.     
Estaba a punto de salir de mi casa y mi  papá me detuvo 
- America, recuerda esto. El deber siempre está delante de cualquier otra cosa, que ningún sentimiento opaque tu sentido del deber. Cumple con lo que te hemos encomendado. Te quiero pequeña. -. Y se fue. En otras palabras lo que mi papá quiso decirme era que tengo prohibido enamorarme. Pero tampoco tenía planes de hacerlo.
…
Llegué al palacio junto a otras dos chicas. Durante el viaje ninguna habló.
Esa noche participaríamos en un Report, y al igual que todo el país veríamos por primera vez al príncipe.
A todas las seleccionadas nos asignaron tres doncellas las mías se llamaban Anne, Mary Y Lucy. Ellas se encargarían de alistarme y arreglarme.
…
Las treinta y cinco chicas estábamos sentadas en la sala dónde se graba los Reports esperando a que Gavril nos nombrara para ponernos de pie y con delicadeza, y una sonrisa sutil  saludar a la cámara, o así había dicho Silvia. Yo tenía que comportarme como una Lady, tenía que estar en el palacio por un tiempo.
Gavril  nombró a una por una y decía cosas como de dónde éramos, que casta éramos y nuestros datos personales. Después era el momento para que toda Illéa conociera a su futuro soberano.
- Y ahora el momento que todos estaban esperando -. Anunció Gavril. -. Nuestro futuro rey…. ¡El príncipe Maxon Schreave!
Todas aplaudimos y él entró…
Nunca imaginé como sería el príncipe pero debía haberlo hecho. Tenía que admitirlo, era guapo. Muy guapo de hecho.
El caminó por las sala hasta situarse a un costado del Rey, para sentarse en una silla muy grande.
Gavril seguía hablando y Maxon regresaba a ver a las seleccionadas cada cierto tiempo.
Cuando el Report terminó nos dirigimos al comedor. Durante la cena nadie habló. Cuando acabamos una a una nos excusamos para retirarnos a nuestras habitaciones.
Estaba a punto de acostarme cuando escuché una explosión y un guardia entró a mi habitación.
- Señorita, tengo que llevarla a un refugio. ¡ Rápido!
Caminamos por un pasillo largo hasta que el guardia aplastó algo en la pared y se abrió un pasillo, por el que el guardia literalmente me empujó, bajé por unas escaleras hasta llegar a una puerta metálica que el guardia abrió y entré. Ahí estaba el príncipe, el rey y unas 20 chicas más, algunas lloraban otras estaban sentadas y el Rey hablaba con un guardia. Yo me senté en una silla. Lo que había provocado la explosión no era una bomba cualquiera, lo sabía por el modo que había sonado. Pero esas bombas eran costosas y dudaba que los norteños pudieran conseguirlas, así que debían ser sureños. ¿No se suponía que yo tenía que planear ataques?. Intentaba escuchar alguna cosa, pero no pude esas paredes eran muy gruesas. Necesitaba saber si eran sureños, pero ¿Y si eran del Norte? ¿Acaso ya tienen mejores armas?. Pero si eran sureños, ¿Tendrían que decirme algo o entregarme alguna cosa?. Mi mente formaba cientos de preguntas absurdas cuando una mano en mi hombro me distrajo.                                        Era Maxon.
- Su Alteza- dije
- ¿Por qué todos me llaman así?¿Qué acaso no escucharon que mi nombre es Maxon? – Dijo con um tono algo molesto pero con una sonrisa en los labios.
- Lo siento- dije
- Sólo venía a preguntar si estás bien. Te veías preocupada...
- Estoy bien, gracias.- dije, no quería seguir hablando con la persona a la que tendría que asesinar en un futuro próximo.
Maxon fue a ver a las demás seleccionadas, e iba hablando con todas conforme llegaban.
Cuando salimos del refugio era alrededor de las tres de la mañana. Tenía sueño así que fui directo a mi habitación la cual estaba destruida. Me metí a la cama y descubrí que entre las almohadas habían dejado una nota y una pistola pequeña con catorce balas. La nota decía que ese sería el último ataque que mi papá organizaría, que los próximos tendría que organizarlos yo, también decía que en la maleta que había llevado al palacio con mis cosas personales, había nombres de los sureños infiltrados en el palacio a los que tendría que darles información sobre la monarquía y la política del país, mi papá quería convertirse en rey pero primero tenía que saber los secretos que los gobernadores de Illéa tenían, y yo tenía que averiguarlos y ellos se encargarán de llevar esa información a mi papá.
Si quería la información tendría que acercarme a Maxon.
…
Al siguiente día bajé al comedor a desayunar y cuando me dirigía a la Sala de Mujeres una doncella vino a entregarme una nota. Maxon solicitaba mi presencia.

Gracias a las que han votado en mi historia y a  las que han leído el capítulo 💙 espero que este sea de su agrado💙