1: El amor es cosa de locos...

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¿Amor? Él dejó de oír esa palabra hace mucho.

Aprendió por las malas que ese sentimiento absurdo es sólo una pérdida de tiempo.

  

Había cosas más importantes en las que centrarse.

El trabajo, por ejemplo.

O el dinero.

Por muy anti social que sonase, en este mundo de hipócritas el dinero era lo único que se hacía valer. Todo lo demás se esfumaba incluso aún más rápido que él.

Excepto las memorias.

Oh, cuán dolorosas y solitarias pueden ser las noches cuando lo único que tienes a tu lado son sólo recuerdos que van desvaneciéndose con el pasar del tiempo.

Pero él aprendió, claro que aprendió.

Aprendió a no prescindir de nadie y que nadie prescinda de él.

Aprendió a dejar de lado sus sentimientos y a pensar con su cabeza, y no con su corazón. 

Por ahora, su corazón sólo tenía como tarea mantenerlo vivo. 

Aunque él a veces se preguntaba, ¿Qué importancia tenía dejar que su corazón siga latiendo si no había ninguna razón para hacerlo?

A pesar de eso, no bajó los brazos y se endureció aún más. Decidió que si seguiría caminando por la vida, no podía dejar que los sentimientos estorben en su camino e interfieran en sus acciones.

Por amor se arriesgó y perdió. 

Por amor sufrió incluso cuando no lo tenía.

Así que, ¿Qué objetivo tenía ese sentimiento abstracto y al que todos pintan -erróneamente- de un color puro y maravilloso?

Porque el amor es para la gente que no es capaz de encontrar algo mejor.

El amor es para la gente, para los tontos que necesitan depender de alguien en su vida. 

El amor es para estúpidos.

El amor es una estupidez. 

A veces le molestaba haber sufrido tanto para entenderlo, pero había gente que tardaba incluso el doble de su vida en comprender. 

¿Cómo es posible que un sentimiento que ni siquiera existe en realidad, pueda dejar un alma derrumbada? 

Cuando veía a gente presumiendo sus noviazgos por los lugares públicos, él se reía. Se reía de aquella gente ilusa que tarde o temprano iban a caer en soledad para darse cuenta de que el amor es tan efímero como sus promesas.

Las únicas personas que él tenía a su lado, eran sus compañeros, sus amigos, su banda. 

Una banda que empezó pequeña, pero que con el tiempo, gracias a su talento desembocó la emoción y el fanatismo de sus oyentes con un aluvión de críticas mediáticas positivas.

Él era la guitarra y segunda voz de la banda. Al principio cambiaron en muchas ocasiones su nombre, pero al fin concordaron en un nombre para determinar su fama: HEADS. 

Su única razón para levantarse por las mañanas era tomar su preciada guitarra de la línea Gibson Les Paul y tocar diferentes ritmos y acordes hasta que sus dedos pidieran descanso.

Ha estado muy feliz ya que una famosa compañía de música ha contactado con ellos, y les ha ofrecido pertenecer a su discografía.

Llegó a la Warner Bros como representante de toda la banda, ya que él era el líder. 

Con la emoción a flor de piel, (pero no tanta como para subir al quinto piso por las escaleras) tomó rumbo al ascensor desde la planta baja.

Por lo apresurado que estaba, casi choca con un hombre que intentaba salir. Pero su sorpresa fue mucha y su entusiasmo decayó.


  — ¿Takahiro?


El amor es una estupidez.

El amor es para estúpidos.

Pero sus pedazos de memoria y recuerdos estaban sellados en la piel del tal forma que dolía.

Tal vez el amor era algo más que solo estúpido.

Algo que tal vez poca gente entendía, y eran aquellos los llamados "locos de amor".

El amor es, entonces, cosa de locos.  


  — ¿Toru?  

Y las consecuentes pruebas de ello afloran en la piel de los tres individuos.

  

   

   

   

   

   

   

......

   

  

Canción: Starset- Dark On Me 


"Pero encontré en ti, lo que había perdido en mí..."

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