Parte 3

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2 años después
La princesa Mei cumplió los 20 años y ya es toda una jovencita; toda su vida la pasó en la cabaña, junto con sus madrinos. Ellos la criaron con el nombre Mizaki; para así proteger su verdadera identidad.

Mientras tanto en la cabaña, Mei estaba limpiando su habitación mientras tarareaba felizmente una melodía. Allá abajo, en la cocina, sus madrinos planean hacerle una sorpresa. Reita, Aoi, Kai y Uruha estaban observando un libro con catálogos de vestidos en el comedor; pues querían regalarle uno.

—¡Éste me gusta! —dijo Kai señalando un vestido ligero de color púrpura con kanjis.

—Mejor este, se verá muy bien con él —Uruha señaló un kimono rojo con negro.

—¿Qué tal si hacemos una combinación de los dos? —sugirió Reita.

—No ¿Cómo se verá eso? —dijo Aoi.

—En lo personal, me gustó la idea de Kai, pero le haré unos cambios, le añadiré mangas largas de encaje de color negro; el escote se lo cortaré tipo V, y en los bordes le pondré algunas perlas —dijo Aoi.

—Y en vez de púrpura, naranja —dijo Reita.

—¡No, será púrpura!- rectificó Aoi –También diría que los kanjis no los pondremos —

—Pero... ¿Y si Mei se da cuenta? —duda Reita.

Mei iba bajando las escaleras, y decidió espiar a sus madrinos un rato.

—No te preocupes, trataré de distraerla mientras hacemos esto —dijo Aoi.

—Oigan jaja —habló Mei, los hados cayeron de bruces por el susto, y taparon con un trapo el libro que estaban hojeando.

—¿Qué hacen? ¿Qué traman? —dijo Mei muy curiosa.

—No, nada Mizaki, pues nosotros.... Emmm.... Nosotros... —se le subía la adrenalina a Uruha. Mei lo miraba alzando una ceja, pero rápidamente, a Kai se le ocurrió algo...

—Nos hacían falta algunas bayas, y queremos que vayas a recolectar cerezas al bosque de sakura —Kai le entregó una canasta a Mei.

—¡Sí, cerezas!, muchas cerezas ¡Muchas! —decía Aoi mientras le abrochaba a Mei una capa gris como niña de kínder.

—¿Como cuántas exactamente? —decía Mei demasiado confundida.

—Como 100 cerezas —dijo Uruha empujando a Mei delicadamente hacia la puerta principal.

—Pero si ayer me pidieron que consiguiera moras —dijo Mei.

-¡Ah! ''moras'', ahora son cerezas —dijo Reita abriendo la puerta.

—Está bien, lo que ustedes digan —sonrió Mei.

—Demórate lo que tú quieras jeje —dijo Uruha.

—Pero no vayas a otra parte más que al bosque —dijo Reita.

—No te acerques a animales venenosos —dijo Kai.

—¡Y lo más importante! No le dirijas la palabra a ningún desconocido —dijo Aoi.

—¡Hasta luego Mizaki! —los 4 madrinos se despidieron de Mei haciendo una reverencia, Mei correspondió a esa reverencia, dijo ''hasta luego'' y ella se fue.

Ya que Mei se ha ido, los 4 hados suspiraron, cerraron la puerta principal y ahora sí ¡Manos a la obra!

—¡Vamos a hacer la mejor fiesta de cumpleaños! —exclamó Uruha.

La Bella DurmienteWhere stories live. Discover now