Son las 2am, se supone que debería estar durmiendo, pero no es así. Tengo que decir que me robas el sueño, pero a la vez no, porque en mi mente no dejas de aparecer y apoderarte de ella, conviertes en tu imperio junto con mi algo, mi corazón y cada partícula de mi ser. Haces que mis neuronas trabajen a velocidad máxima, pero con una calma no entendible, provocas que mis venas sean una pista de carreras mientras que la sangre fluye rápidamente en ellas debido a los latidos acelerados que me ocasionas.
Arrebatas mis cinco (5) sentidos, quitándome toda esperanza de poder hacer alguna clase de labor ya que mis pensamientos se enfocan en ti, y no existe fuerza que logré desconcetrarlo. Como decirte que involuntariamente cada segundo se marca sobre mi rostro una sonrisa que no puedo evitar, por más esfuerzo que haga nada lo impide, nada puede aligerar todo esto que siento. Podrán darme miles de sedantes y calmantes, pero por más que lo intente sigo sin controlarlo, solo tú puedes hacerlo.
Tienes un poder supremo, algo un poco sobrenatural, pero ese poder contiene la fuerza del universo entero queriendo que se de el “amor”, la resistencia de la roca, la agilidad del agua, y la astucia del hombre, haciéndola imposible de vencer, tanto que ni el mismo cosmos en su plenitud puede contra ella. Tiene el mejor escudo que de haya inventado, que es la fuerza de querer amar.
De esa manera de la que está resguardado tú magnifico poder, haces que también lo este mi indescriptible sentimiento. Como explicarte que cada célula de mi cuerpo se mueve a tu ritmo, bailan al compás de tus manos, mientras que más bailas a su lado se hace cada vez más enorme el inalcazable gobierno que se te otorga sobre ellas.
Eres la dueña de que mi piel se Erice, que sienta un placentero hormigueo en mi barriga, eres la dueña de cada una de mis sonrisa, de que tenga un excelente día a pesar que el mundo se acabo a mi alrededor. Eres propietaria de mis párpados, porque le das motivos para nunca dejar de funcionar, a esperar si luego de un pestañeo por fin poder verte. Eres la gobernante de mis oídos, ya que esperan que en un momento puedan oír tu delicada y tierna voz de cerca, donde solo tengas que susurrarme. Representante de mi olfato, que anhela algún día poder sentir tu fragancia, y ser cautivado por tan delicioso sabor.
Eres la dueña entera de mí, desde mis párpados hasta lo más profundo de mi ser. Con una sola palabra puedes hacer de mi un carnaval o un completo caos, solo falta que elijas la palabra correcta.
