—¡Tyler! —exclama una voz femenina—. No seas grosero con la novia de tu hermano.

Giro la cabeza para ver a la mujer bajita que está hablando. Tiene una mascada en la cabeza. Su tez es de color blanca y sus ojos son adornados por unas grandes ojeras. 

Sé que es la madre de Josh, porque no duda ni un segundo en ir a abrazarlo, además de que la reconozco por la fotografía que miré hace rato.

—Mi niño —Sonríe—. Te he extrañado tanto.

Josh le devuelve la sonrisa y la aprieta entre sus brazos. 

A mí también se me curvan los labios. Los abrazos de Josh son los mejores. 

—Yo más, mamá —Besa su frente y la señora se separa de él—. Estás hermosa. 

La señora acaricia su mejilla y niega con la cabeza. 

Agacho la mirada. Creo que necesitan un momento de privacidad. 

—¡Y seguramente tu debes de ser Camille! —exclama, tomándome por sorpresa. 

Asiento con la cabeza. 

—Josh me ha hablado mucho de ti. 

Enarco una ceja y Josh me guiña un ojo. 

Recuerdo que cuando me acompañó por mi vestido de novia, no dejaba de hacerlo.

Quien diría que ahora, después de nueve meses, estaría con él de manera sentimental. 

—Me alegra escuchar eso —respondo sonriendo. 

—Aunque no me había contado que fueras tan bonita.

—Bueno, ahora sé de donde sacó Josh sus encantos —digo entre una risa. 

—Que amable eres —Sonríe—. Ahora, por favor pasen al comedor. La cena ya está lista. 

 El hermano de Josh pone los ojos en blanco y sube por las escaleras corriendo.  El castaño me da su mano y yo la tomo.

Caminamos hasta la mesa  y nos sentamos, esperando a que todos bajen a acompañarnos.  

La casa es grande. No está pintada de ningún color pero las paredes blancas están llenas de pinturas y fotografías. Se ve que la personalidad de Josh fue alimentada gracias a sus padres.

  —Disculpa a mi hermano —agrega Josh—. Como te podrás dar cuenta, él es el amargado de la familia. 

Me río, y niego con la cabeza. 

Le doy un beso en una de sus mejillas y veo como su piel se vuelve de color carmín. 

Este chico me hace perder la cordura. 

Los pasos de las escaleras me hacen voltear de golpe. 

Un señor con el pelo del mismo tono que Josh hace entrada al lado del hermano de mi novio. 

Me mira y murmura lo siguiente: 

—Vaya, veo que tus gustos han mejorado.

Me vuelvo a sonrojar por segunda vez en el día. 

—Papá, por favor —agrega el castaño—. No empieces.

—¿Qué? Es la verdad, es más hermosa que la descerebrada de Claudia. 

Me remuevo en mi asiento un poco incomoda. 

Sé que la quiso mucho, pero no puedo evitar sentir celos al imaginarla sentada en el mismo lugar en el que estoy yo, disfrutando de la compañía de Josh y admirando la belleza del amor de su familia.

La señora llega a salvarme de la situación.

  —¡Arnold! deja a la pobre chica en paz—Deja un tazón repleto de pollo empanizado y otro repleto de vegetales. 

—Espero que te guste, Camille lo he hecho de forma muy especial.

—Muchas gracias, señora—musito.

—Mi nombre es Martha, así que por favor dime así—susurra, viéndome directo a los ojos.

Lleno mi plato y empiezo a comer con ganas. Estoy hambrienta.

—Y dime Cam ¿Qué haces para ganarte la vida? —pregunta Arnold, de manera confianzuda. 

Bebo de mi vaso y agrego lo siguiente:

—Soy pintora —Sonrío—. Y antes de irme a México financiaba la empresa de mi padre. 

Se rasca la barbilla. 

—Vaya, así que eres rica.

Martha lo fulmina con la mirada y sólo se encoje de hombros. 

—No me gusta decir que soy rica, pero tengo buenos ingresos — comento, mientras clavo mi tenedor en un pedazo de lechuga—. ¿Y usted? 

Él carraspea la garganta. 

—Al igual que tú soy pintor, salvo que yo trabajo en una escuela dando clases. Hace mucho que deje de pintar para mí. 

—Eso es grandioso.

—¿A ti te gustaría dar clases? —me cuestiona, señalándome mientras sostiene una pieza de pollo entre sus dedos. 

 —He querido hacerlo —Josh me mira embelesado, igual que su madre y su hermano—, pero no se me  ha presentado la oportunidad. 

Lo había pensando en un par de ocasiones, pero nunca lo intenté porque James decía que no quería que alguno de mis alumnos se fijara en mí.  Y yo como idiota, lo obedecí. 

Ahora me doy cuenta que fui una idiota. 

— Pues estás de suerte, porque en la universidad necesitamos a alguien.

¿Me está hablando en serio? 

Espero que así sea, porque en verdad necesito un empleo. 

—Por mí encantada —Volteo a ver a su hijo—. ¿Cuando empezaría?

—Pasado mañana, espero que no sea un problema  —Enarca una ceja. 

—¡No, por supuesto que no! —exclamo emocionada. 

No puedo evitar sentir alegría. 

Mi vida se está acomodando. 

Primero Josh.

Luego André.

Y ahora un empleo.

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Perdón por la tardanza, tuve que hacerme un pequeño espacio para poder escribir esto, estoy repleta de trabajos y tareas. 

Perdón por hacer este capitulo más corto que lo habitual, pero no quería forzar las siguientes cosas que pasarán. 

Yo no sé, si fuera Camille estaría feliz de que Josh me presentara como su novia, aunque en sí, él nunca se lo ha pedido 7u7

Los amo. 

Coman mucho pastel <3 <3 <3



Cuando era tuya©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora