—¿Tus padres?

—Ajá.

—¿No crees que es demasiado pronto? —inquiero.

—No, no  lo es—musita, demasiado tranquilo, mientras se recarga en el marco de la puerta—. Ellos mueren por conocerte, y la verdad es que yo también muero porque lo hagan.

Llevo mi mano a mi frente y me revuelvo un mechón de cabello rebelde.

Ir a ver sus padres me parece algo muy precipitado, pero tengo curiosidad de ver en donde creció, y por supuesto quienes fueron los responsables de crear a alguien tan inoportuno como él.

Vuelvo a mirarme al espejo.

—No estoy vestida para la ocasión —murmuro señalando mi anticuada vestimenta. Sé que no luzco mal, pero no me siento cómoda para llevar esto a casa de la familia de Josh.

—Por favor, así estás preciosa.

Siento como un color carmesí inunda mis mejillas.

—Me encanta ver como te sonrojas, no es algo que se pueda lograr a menudo.

Estamos a punto de entrar a su casa, y siento que regresaré por la boca el desayuno y la comida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estamos a punto de entrar a su casa, y siento que regresaré por la boca el desayuno y la comida. No sé si es por los nervios que he sentido cuando me he vuelto a subir a su motocicleta, o si es por conocer a las personas más importantes en la vida de Josh.

Vamos caminando tomados de la mano por una pequeña acera que da de frente a una casa color blanca. Nos detenemos y siento como su pulso se acelera, aunque no tanto como el mío.

Saca sus llaves del bolsillo sin soltarme y abre con cuidado.

—¡Hey! —exclama él, con una gran sonrisa en su rostro—. Hemos llegado.

Pasamos hacia la sala y me indica que me siente. 

—Hola —agrega un chico más joven que Josh y yo —. Creí que no vendrías.

—Pues aquí estoy, hermano. 

—Y veo que haz traído a tu... ¿Qué es de ti? —le pregunta. 

—Novia, ella es mi novia —contesta Josh sonriendo. 

Novia.

Novia.

Novia.

Josh y yo no somos novios.  Sólo estamos saliendo.

—¿Así que eras tú por la que Josh no venía a ver a mamá? —Me fulmina con la mirada—. Pues espero que te sientas feliz, porque gracias a ti, ella ha empeorado. 

Me quedo mirándolo perpleja.

Estoy consciente que no fue por mi culpa.

 Yo no lo detuve. De hecho estoy aquí por él.

Cuando era tuya©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora