Capítulo 17

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Después de clases Jack, Matt, Shawn y yo fuimos a una cafetería cerca del instituto y nos sentamos en una mesa al fondo.

Jack y yo pedimos frappucinos, Shawn pidió un cappuccino, y Matt pidió una botella de agua.

–Entonces, chicos –comenzó a decir Shawn–, vamos a hablar esto sin gritos ni insultos. Y ustedes van a arreglar las cosas ¿entendido?

Apreciaba mucho lo que Shawn estaba haciendo por mí.

–Ajá –dijeron Matt y Jack al unísono.

– ¿Por qué reaccionaste así esta mañana, Matthew?

Mi mejor amigo me miró.

–Porque él no es bueno para ti, y tú no te das cuenta de ello. Me preocupas, y sé que en algún momento esa relación te hará mucho daño. Ya sea tarde o temprano.

–Tú no me conoces realmente, solo conoces una parte de mí, Espinosa –se defendió Jack.

–Oh, así que ahora la amas, ¿verdad? Después de tratarla como una mierda durante tanto tiempo, ¿la amas? –soltó Matt con ironía.

–Sí, de hecho si la amo –objetó mi novio– Y mira, Espinosa, me da igual sí tú me crees o no; me basta y me sobra con que ella lo sepa.

Tomé la mano de Jack y le di un suave apretón. Él ladeó la cabeza y me dedicó una sonrisa ladina.

Matt suspiró, con la cabeza baja.

–Lo amas, ¿no es así?

Asentí.

– ¿Shawn, tú que piensas? –siguió preguntando.

–Yo también me preocupo por ella –se explicó Shawn–. Pero puedo ver que ella lo quiere, y que él está flechado por ella. Solo hay que ver como la mira... Tiene ese brillo especial en los ojos. Al principio creí que no, pero es así. Y deberías entenderlo y dejarlos en paz.

–Gracias, Shawnie –le sonreí levemente a mi mejor amigo.

Él me devolvió la sonrisa y me guiñó un ojo.

Matt suspiró.

–Vale, está bien. Vámonos, bro –le dijo a Shawn.

Ambos se levantaron; Shawn se acercó a mí y me abrazó, le sonrió a Jack (quien le devolvió la sonrisa) y luego mis dos mejores amigos abandonaron la cafetería.

–Pensé que me mataría a golpes –dijo Jack

No respondí. Sólo me acerqué más a él.

–Fue muy lindo lo que dijiste hoy.

Jack pasó la lengua por sus finos labios, remojándolos, y me dedicó una simple mirada.

–Pues es la verdad.

Pasé los brazos alrededor del cuello de Jack y uní nuestros labios. El rubio rápidamente rodeó mi cintura y me acercó lo más que pudo a él. Antes de separarnos Jack mordió con suavidad mi labio interior.

–Te amo, enserio –susurró.

–Y yo a ti, Jack.

– ¿Nos vamos? –preguntó, aunque sonó como una petición desesperada.

–Sí.

Salimos de la cafetería y Jack tomó mi mano.

– ¿Podemos ir caminando?

–Ahm... Okay –accedió y comenzó a caminar.

Llegamos a casa poco después. Evan estaba tirado en el sillón mirando su teléfono y cuando entramos a la casa quitó la vista de la pantalla y nos miró con desinterés y desdén.

–Hola, Meg... Y Jack –dijo el nombre del rubio con algo que parecía rabia.

–Amh... Hola, Evan.

–Hola –dijo Jack junto a mí; se le veía incómodo.

– ¿Qué harán?

Jack tomó aire, se metió las manís en los bolsillos de la chaqueta y me miró.

–Meg... Yo... Debería irme. Es algo tarde –soltó en voz baja.

–Quédate a ver una película –le pedí.

Se lo pensó unos segundos, parecía extasiado y algo trastornado.

–Está bien.

Subimos a mi habitación y Jack cerró la puerta.

–Estoy agotado...–gruñó mientras se dejaba caer sobre la cama.

–Sí, yo igual –imité su acción.

–Deberías dormir un rato, entonces –sugirió.

–No, quiero estar contigo.

Él se rió.

–Yo no pienso irme.

–Da igual, quiero pasar tiempo contigo sin que haya tanto drama –aclaré.

– ¿Meg?

–Dime.

– ¿Puedo preguntarte algo? No tienes que responder sí no quieres.

–Ajá.

–Es que... Bueno, he visto algunas fotos en la sala de estar y pues... Yo quería saber acerca de tu padre –dijo con la voz entrecortada.

Suspiré.

–Okay... Mira, mis padres peleaban todo el tiempo. El día después de que tú comenzaras a golpearme escuché a mi padre amenazar de muerte a mi madre. Él nos abandonó ese mismo día –mis ojos se llenaron de lágrimas–. Mi madre no volvió a ser la misma; parecía que Evan y yo dejábamos de importarle y dejó de cuidar de nosotros. Seis meses después mi hermano se mudó a Nueva York dejándome a solas con ella, que nunca se olvidaba de recordarme que ambos se habían ido por mi culpa, y además, tenía que soportar que tú y tus estúpidos amigos me golpearan.

–Mierda... Y-Yo... Yo no lo sabía, amor –limpió mis lágrimas y me acercó a él–. Lo siento, Meg.

–No es tu culpa que mi padre sea un alcohólico y un hijo de puta, Jack –comenté.

–No, no es eso. Es mi culpa darte más preocupaciones de las que ya tenías. Es mi culpa que hayas pasado un infierno. Y es que ya la pasabas mal aquí, y yo me encargaba de que la pasaras mal en el instituto. Y lo siento, amor.

–No hablemos de eso, Jack. Enserio, no importa –lo abracé con fuerza.

Él me devolvió el abrazo.

–Creo que ya no quiero ver la película –anunció el rubio.

–Yo tampoco –suspiré.

– ¿Qué quieres hacer?

–Nada.

– Okay –cerró los ojos.

Pasamos varios minutos en silencio, minutos que parecieron horas. Yo tenía los dedos enredados en su rubia cabellera y Jack hacía círculos en mi espalda con las yemas de sus dedos.

Poco a poco comencé a quedarme dormida, con la cabeza recostada en su pecho. Jack olía muy bien y su colonia inundaba mis fosas nasales, tenerlo así de cerca me hacía sentir segura. Sentía el latir de su corazón contra mi mejilla y noté que gradualmente sus respiración se acompasaba, dándome a entender que se había quedado dormido.

Yo también lo hice, aferrándome a su costado.

__________


¡Hola!

Bueno, quería decirles que haré un maratón de 4 capítulos narrados por Jack. Comenzaré en el próximo capítulo. Y las cosas se pondrán... Interesantes. Así que esperen por el próximo capítulo :D

~The Outcast.

Hide - Jack Johnson (Jack and Jack)Where stories live. Discover now