❤18❤.

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Adrien había echo el bien. Salvó a Estela de algo peor. Estaba orgulloso. Aunque la pobre madre seguía en recuperación, pero solo por algunos golpes.

Mientras Adrien se iba alejando lentamente, hacia la puerta; observo que una ambulancia se detenía en el estacionamiento.

Los paramédicos bajaban rápidamente pero cuidadosamente, a una jovencita.

Adrien la reconoció por su cabellera. Era Marinette.

Tenía varias lesiones, que eran graves. Estaba agotada y sé le notaba dolor en su rostro.

Adrien se acercó al verla tan fatigada, pero alguien intervino.

Era el padre del rubio...

-Adrien, tenemos que irnos- Le dijo en tono de voz calmado, colocando su mano en el hombro de su hijo.

-¡Padre! ¡No Puedo!- Protestó el oji-verde, pero ya era tarde.

Su guardaespaldas lo tomó a la fuerza e hizo que abandonara el hospital de una vez. Adrien no se rindió. En cuanto lo tomó, pateó al guardaespaldas, pero fue en vano, por segunda vez.

Por las agresiones recibidas hacia el guardaespaldas, el padre del rubio, levantó la voz.

Nunca Adrien había visto a su padre enfadado de esa manera, y mucho menos por aquello.

El guardaespaldas subió a Adrien a la camioneta. Seguido su padre, aun molesto del "berrinche" de su hijo. Natalie, tomó el volante y empezó a manejar.

El trayecto fue muy largo y silencioso. Siempre fue hací.

Adrien solo pensaba en una cosa, o más bien persona. Marinette...
Su nombre se le venía a la cabeza a cada segundo. Se hacía preguntas... ¿Estaría bien? ¿Qué le pasó? ¿Quién fue el culpable de que su "niña" estuviera sufriendo? ¿Valía la pena pensar en ella? La última fue la más dolorosa.

***

-Estará bien, pero tardará en recuperarse- Dijo el cirujano qué le había curado unas cuantas heridas a la azabache.

-No importa eso. Estaremos cuidándola todo lo que se pueda- Respondieron sus padres. Estaban muy preocupados y nerviosos.

Su hija estaba herida. Por alguien. No sabían quien era. Marinette empezaría a despertar dentro de unos horas. Estaba completamente dormida y lesionada. No podía salvar París en esas condiciones. ¡París necesitaba a Ladybug!

***

-¿POR QUÉ NO PUEDES COMPORTARTE COMO UN PADRE NORMAL?- Preguntaba Adrien furioso. Delante de él estaba su padre, calmado y tranquilo, como siempre. En la mente del rubio sé preguntaba ¿Cómo podía estar tan tranquilo, sí él estaba en llamas? Encontró su respuesta en segundos. Él la quería, no su padre.

-¿Cómo pude tener un hijo como tú?- Agregó el padre de el rubio qué se retiró del cuarto del mismo.

Adrien soltó unas pequeñas lágrimas, pero solo eso. Estaba destrozado. No podía verle. No fue hasta que Plagg apareció.

Recurrió a su nuevo plan. El cuál consistía en escabullirse, pero en forma de Chat Noir. Y nadie lo notaría, más que él.

***

Delante de su cama, se encontraba una pequeña ventana, pero no tan pequeña para no saltar. Marinette estaba recobrando la memoria, mientras veía el hermoso paisaje qué brindaba la bella cuidad de París aquella tarde.

Tikki se había quedado en casa, y sus padres habían ido por un café. Estaba completamente sola la azabache. Despedazada y sola.

Un sonido hizo que se estremeciera. Procedía de la ventana. Intentó no mirar, pero le ganó la curiosidad. Bajo las grandes sabanas que tenía, bajó sólo un pedazo de ellas para observar que era. Se puso más nerviosa cuando lo escuchó.

-¡Hola, Preciosa!-

***

Los quiere, Katy

The Girl Is Mine.❤ +13Donde viven las historias. Descúbrelo ahora