DEADTRAVIS (+18)

Capitulo 5: El robot que cayó del cielo (parte 1)

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Las capsulas en donde yacían los sujetos de prueba fueron tomadas una a una por los enormes brazos mecánicos automatizados, y colocadas dentro de una gigantesca y humeante máquina de procesamiento. Allí, cada capsula pasaba por un proceso de calentamiento, desinfección e incubación. Esto último se hacía con el fin de terminar a la perfección el desarrollo cerebral y corporal de los sujetos robots de manera exitosa, como si estuvieran naciendo de nuevo. El proceso tomaba tres días por lo mínimo. Al terminar, los brazos robots volvían a recogerlas para luego abrirlas como si fueran ostras. Aquella escena era muy asquerosa, ya que los sujetos, al ser desprendidos de sus capsulas, salían totalmente cubiertos de una sustancia verde, babosa y pegajosa, junto con la maraña de cables adheridos en sus cuerpos. Después, cada uno era colocado de manera individual en un recipiente ovalado, donde se seguiría con el proceso de prueba.

Ahí estaba Travis, tirado como un repulsivo feto, en un charco de sustancia babosa, con largos cables enredados en él. Tan solo podía escuchar el sonido de su dificultosa respiración, y el chirriante movimiento de los brazos mecánicos que lo levantaban de cabeza y, de manera humillante, le daban nalgadas para ver su reacción, seguido de otra serie molesta y obscena de limpieza corporal. Finalmente, una especie de tentáculo compuesto de filamentos metálicos, apareció de la oscuridad. Este acercó su afilada punta en la frente de Travis mientras seguía sostenido de pies y manos, y como si fuera un acto de sacrificio, el tentáculo se incrustó en su cabeza. Ante eso, la visión de Travis comenzó a mostrar miles y miles de números binarios que se movían a una velocidad increíble, y al no poder soportar esa gran cantidad de datos, Travis perdió la conciencia.

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Despertó en una bella y decorada habitación blanca y esterilizada, acostado en una cama muy cómoda. Levantó su torso, viendo el lugar de manera extrañada, como si todo hubiera sido un sueño. Lo más extraño era que se sentía nuevamente humano, el molesto movimiento de esas articulaciones falsas había desaparecido. Por un momento, Travis creyó que jamás había sido transformado, que nunca conoció al presidente de Black Wings, y que jamás asesinó inconscientemente a la gente de aquel pueblo, todo fue producto de una larga y terrible pesadilla. La sensación de alivio poco a poco fue calmando su tensa respiración, hasta que... observó su brazo derecho.

Seguía allí, metálico, frió y pálido. Eso lo llenó de una indescriptible ansiedad y frustración. Una lágrima de triste decepción cayó de su rostro, aterrizando en el brazo robot, lo extraño fue que pudo sentir la humedad de ella mientras se escurría hacia la palma, eso le hizo recordar las palabras del doctor cuando le dijo que sus cinco sentidos funcionaban casi a la perfección. Al notar ese detalle, comenzó a sentirse un poco a gusto con su miembro artificial, moviendo y girándolo a todas partes mientras lo observaba impresionado. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos de repente al sentir la presencia de algo arriba de su cabeza. Lentamente fue levantando la mirada hacia el techo, para hacerle frente a lo que sea que andaba ahí.

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--¡HOLA!—dijo la cosa del techo

La impresión de Travis fue tal, sé que cayó de la cama por la sorpresa de ver una bola metálica, del tamaño de una pelota de futbol, con un ojo parecido al lente de una cámara. Esta bola flotaba libremente por el aire gracias a una pequeña turbina incorporada abajo.