StingLu: La Princesa Y El Dragón Blanco

¡¡¡Levy!!! :')

Narra Lucy

Empeze a abrir mis ojos.
Me levante y vi la hora en el reloj, aún faltaba media hora , me volví a acostar en el pecho de Sting..
Vi su cara y se veía tan bonito
dormido, empeze a acariciar su cabello rubio suave y a tocarle partes de la cara con mi dedo, indicándole que ya se despertará..

_Ya despiertate rubio

El me acerca más a su cuerpo y me abraza más fuerte

— 5 minutos más, ¿cuanto falta?

_Media hora

— Entonces 25 minutos más
*Sonrie mientras se acurruca más a mi*..

_Esta bien n.n

Volvi jugar con su cabello

- ¡¡¡TORTOLITOS, BAJEN DEL CUARTO Y VALLAMOS, QUE EL TREN YA PARTIRA!!!

Escuchamos que desde abajo gritaba Rogue..

_Te dije que te levantarás

— *Bufo* Ash, maldito emo suicida

Nos levantamos, me peine un poco. arregle bien mi liston, y Sting y yo bajamos inmediatamente

Orga- ¿Aprovecharon 3 horas para crear un hijo? *Mirada Pícara*

Meiko- ¿No te dolió Lucy Sama >.<?

Sting- ¡¡No hicimos eso!!

Rufus- ¿Como lo pruebas?

Rogue- Sting tiene razón, si lo hubieran hecho, Lucy tuviera el olor de Sting

Meiko- O estuviera marcada ^^

Pov Narradora

Lucy empezo a ponerse roja de la cara, pues desde que empezó a salir con Sting, se la pasan diciéndole cosas pervertidas todos los del gremio

Orga- ¿Que es marcar?

Sting- ¡Ustedes que quieren saber!, ¡Ya vámonos que el tren se nos va!

Frosh- Fro quiere que lo marquen

Rogue- ¡¡¡Frosh Callate!!!, ¡¡¡Ni si quiera sabes que es eso!!!

Frosh- ¿Cuando te marcan al celular?

Lector- Tu ni siquiera tienes celular Frosh

Frosh- A cierto *Sonrie*.. Fro piensa que Natsu debe de marcar a Lucy San

Rogue- Nadie esta hablando de Natsu

Frosh- Esque Lucy San me dijo que lo extrañaba, así que debería de marcarla

Sting- ¡¡Lucy no tiene celular!!, ¡¡Y no lo tendrá nunca!!, ¡¡Y Natsu San jamás marcará a Lucy!!

Meiko- Sólo Sting Sama puede marcarla *Mirada Pícara*

Lucy sólo tenía la mirada baja, no quería que notarán su cara roja de vergüenza, pues hay que recalcar que en una situación así, nadie quiere que la vean