-¡Bájame! – chillé por lo bajo - ¡Link! ¡Bájame! – repetí

-No.

-¡Que me bajes!

-No – volví a oir – Vas a venir conmigo

-¡Sí! ¡PERO NO ASÍ! ¡Bájame!

Me tenía cargando como si fuéramos recién casados, y eso me tenía incómoda en extremo, ¡Sólo uno pudo hacerlo y fue cuando...!

-Casi mueres en el Valle Gerudo.

-No me ayudes, ¡DARK!

-Uy, qué genio.

-¡Link! ¡YA! ¡BÁJAME!

-¡Que no! – exclamó mientras me miraba y caminaba hacia el origen de la vida de los zora, en medio de la sala del trono.

Podíamos gritar, patalear, y hacer lo que quisiéramos y los zora nos habrían ignorado, pues no era importante para ellos, pero para mí ¡SI!

-Estoy harto de que me trates como un desconocido, hemos estado casi toda nuestra vida juntos.

-¡No empieces! – chillé y comenzé a patalear, podía matar dragones, podía asesinar a Ganondorf, ¡Pero no podía salir de su agarre! – ¡No ahora!

-Vi cuando te caíste por primera vez del caballo y fue muy gracioso esa vez...

-¡No quiero recordarlo! ¡FUE LO MÁS VERGONZOSO QUE ME PUDO HABER PASADO!

-Vi cuando llegaste a Latoan, fuiste una luz.

-¿Eh? – capturó mi atención.

-Vi quién eras y cómo hacías las cosas.

-¿Y eso qué? – hice un puchero - ¡Tenemos cosas más importantes qué hacer!

-¡Ese es el jodido problema contigo! – soltó harto - ¡Trabajo! ¡Trabajo! ¡Trabajo! ¡¿Dónde quedó la Mel que alguna vez me gustó?!

Mis mejillas se tornaron coloradas a más no poder y cerré los ojos con fuerza.

-¿Dónde está esa Mel?

-Para

-¿Dónde está la chica que ama los animales y jugaba conmigo a lo que fuera?

-Por favor

-¡¿Dónde quedó la mujer que no podía tomar una espada porque quería vivir en paz toda su vida?! ¡¿Qué me miraba y sonreía?!

-Casi muere – solté – Sonreía porque había olvidado todo, porque había intentado con todas sus fuerzas ser ella misma de nuevo, dejando atrás lo único que la mantenía con vida en un mundo tan distinto al suyo. Intenté, fallé, No pude salvar a quien más amaba y por eso lo olvidé, fui una cobarde, una estúpida cobarde que no puede hacer nada mejor que estancarse y no progresar, porque cuando cree que lo ha superado todo, ¡Eso mismo la derrumba!

Link guardó silencio.

-No soy digna de ser el suspiro de las Diosas porque al principio sólo firmé el contrato para salvar a UNA sola de tus vidas, porque...

-¿Por qué? – preguntó atónito sobre toda la verdad puesta sobre la mesa.

-Estaba enamorada de ti, en esa vida – susurré en su oído – Lo sacrifiqué todo para salvar tu vida esa vez.

Los ojos de Link se hicieron grandes de la sorpresa y me miró sonrojado a más no poder.

¿Qué era yo para él?

-¿Es por eso que, no me quieres en ésta? – preguntó perdiendo el brillo en sus ojos - ¿Competir contra otro yo del pasado?

-Necesito tiempo – contesté – Necesito tenerte confianza de nuevo, contarte esto de poco a poco para que lo comprendas o estallarás igual que lo has hecho ahora – volví por lo bajo, sonrojada.

ATLOZ FANFIC. La viajera de otro mundo III. La princesa del crepúsculo.Where stories live. Discover now