-Por el tiempo, quizás puede recordar algo.

-Detective, no recuerdo nada desde hace aproximadamente 1 año.

Creo ver una sonrisa que rápidamente disimula con una mueca.- Lamento oír eso, espero que se recupere pronto.

Ambos escuchamos un llanto ensordecedor, no sé si sea Allen o Andy pero yo tan sólo espero no despierte a todos.

-Como verá estoy ocupada, tengo que ir por mi hijo.

Él asiente.- Yo me retiro, perdón si le causé alguna molestia.

-No hay problema, que encuentren pronto al ladrón- le cierro la puerta en la cara antes de que él pueda decir algo más, que sepa que si me causó molestias y muchas.

Camino lo más de prisa que puedo al cuarto, voy rezándoles a todos los santos para que no se despierten los 3 pero mis súplicas al parecer no son suficientes ya que escucho que el otro bebé llora. Maldición. Dios mío, si me estás escuchando....que no se despierte Kim, por favor, apiádate de mí.

Llegué rápido a la cuna de los bebés y ambos estaban con su boca abierta llorando a grito abierto. Dejé mi bastón recargado en la cuna y tomé al que creo que es Andy y lo arrullé un poco para luego tomar a Allen. Era demasiado difícil hacer esto ¿y ahora cómo le haré para caminar? Tengo que salir de la habitación o despertaré a Kim.

Me quedé en donde mismo y arrullé a los niños, les trataba de hacer cariños pero me sentía impotente al saber que no podía moverme.

-¿Mami?- escuché la vocecita de Kim y me giré para verla sentada en su cuna, sus ojos entrecerrados.

-No pasa nada Kim, vuelve a dormir cariño.

Ella no se volvió a recostar y no la culpo, con estos llantos ni yo podría volver a conciliar el sueño, en su lugar se puso de pie tomándose de los barrotes de la cuna.

-Ción mami, ción- dice ella.

-¿Qué Kimmy? No te entiendo- mis ojos se empiezan a humedecer, así es, quiero llorar. Ella me mira por un momento y luego comienza a mover sus manos para que me acerque. Con todo el temor del mundo doy un paso, temo a caerme si no uso el bastón, yo como quiera pero no quiero que les pase nada a mis niños.

Muevo mi otro pie hacia adelante y me alegro al ver que no estoy ya tirada en el suelo, así le hago poco a poco hasta dar los 2 pasos que me faltan para llegar a la cuna de Kim, este cuarto se miraba mucho más chico ahora que puse las cosas de los niños.

-¿Qué es lo que querías, Kimmy?

-Ción.

-No entiendo- murmuro desesperada. Juro que Kim me ha puesto los ojos en blanco.

Y así ella comienza a tararear una canción, estira su brazo derecho hasta que su mano toca la mejilla de Allen, mueve sus deditos de arriba abajo acariciándolo, sólo soy capaz de observarla actuar como una niña grande, no sé de dónde aprendió eso pero lo tengo que averiguar. Cuando por fin capto que ella les canta una canción de cuna le sigo la corriente y arrullo a la vez a los niños, Andy ya no llora, ahora me mira con esos hermosos y gigantes ojos cafés que tiene.

El timbre de la casa suena una vez y el coraje me invade pensando que es de nuevo ese detective. No me creo capaz de caminar sin el bastón, el doctor me dijo que no le intentara, que mis músculos aún no estaban preparados para eso y si lo dijo es por algo así que mejor ni le muevo.

La persona que está fuera sigue insistiendo.

-¡¡Voy!!- grito para que me escuchen y al instante lo lamento ya que Andy comienza a hacer pucheros.- No pasa nada gordito, lamento haber gritado- le doy un beso en su pequeña cabecita y hago lo primero que se me viene a la mente, y digamos que no pienso mucho ya que Allen sigue llorando.

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