Capítulo 4

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Brooklyn POV

Esto era más difícil de lo que pensaba.

Odiaba tener que usar el bastón, no podía moverme rápido hacia la otra habitación cuando los niños lloraban, aunque Tate me ayudaba mucho en eso cuando era de madrugada. No sé qué haría sin mi mejor amiga.

No podía evitar la tristeza que aún me embargaba cada vez que recordaba lo sucedido con mi hermana y Frank, y los recordaba cada vez que veía a Kim, si bien ella se parecía mucho a Frank, en momentos hacía gestos como Sydney. Aunque Tate me decía que se parecía más a Sydney y por ende también a mí.

Seguía sintiendo una extraña sensación en el pecho cuando Kim me llamaba mamá, yo sabía que no era su mamá pero no tenía corazón para contradecirla, al final de cuentas eso era lo que ella recordaba.

-Bueno nena, me voy antes de que mis padres se maten y tenga que ir por mamá a la procuraduría- dijo cansinamente, sus padres habían peleado una vez más y tenía que ir a su rescate.- Haré lo posible por regresar rápido.

-No te preocupes, Tate, Gael ya viene para acá.

-¿Ya se irá tan pronto?- asiento, mi hermano sólo venía a despedirse de mí.- Bien, le das mis saludos y dile que ya deje a Morticia.

Me río por su comentario.- Vale, yo le digo eso. Vete con cuidado por favor.

-Pierde cuidado- me abraza por unos instantes para luego irse.

Aprovecho que los niños están en sus siestas para ir por mi maletín y ver los pocos papeles que tengo en él. En realidad no hay mucho que ver, pareciera como si alguien hubiera sacado todo de ahí porque está hecho un desastre y yo soy demasiado ordenada como para dejar mi maletín así.

Decido marcarle a Jeff para preguntarle sobre mi trabajo, quizás ya lo perdí y no sé cómo le haré para sustentar a los niños. Necesitaría buscar uno pronto y que no sea tan pesado pero, ¿en dónde dejaría a los niños? No puedo dejarlos con mi madre, la cual por cierto no he visto desde aquella vez que fue al hospital.

Tomé mi celular y cuando estaba por marcar el número de Jeff sonó el timbre de la casa.

-Buenas tardes- saluda un hombre cuando abro la puerta.- ¿Usted es la señorita Brooklyn Adams?

-Buenas tardes, así es, ¿qué se le ofrece?- el hombre me mira de arriba abajo pero no de una forma coqueta, es como si estuviera buscando algo, comprobando mi estado.

-Hace un par de meses sucedió un robo en esta calle, seguimos haciendo averiguaciones sobre ello y queremos hacerle unas preguntas. Estamos pasando con cada vecino a realizar esas preguntas- entrecierro los ojos, no me da buena espina.

-¿Es detective? ¿Oficial de policía?

-Soy el detective Grayson.

-¿Su placa?- no pienso hablar si no veo su placa. Él me muestra su placa pero la quita en un dos por tres.- ¿Cuándo dice que sucedió el robo?

-Aproximadamente hace 4 meses.

-Miré detective, hace unos meses tuve un accidente, tengo amnesia y no recuerdo nada, así que lo lamento pero no podré serle de ayuda.

-¿Tiene amnesia?- ahora el que entrecierra los ojos es él viéndome dudoso como si no me creyera.

-Así es, ¿quiere que le muestre los análisis donde lo confirma?

-¿Cuánto es lo que no puede recordar?

-¿Qué tiene que ver mi amnesia con su investigación?- me estoy comenzando a enfadar, preguntas estúpidas hechas por un detective, ya veo que la ciudad necesita mejores detectives.

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