Capítulo 2

62.8K 9.5K 4.9K
                                    


Hola :) Aconsejo leer Carolina entre líneas y  Vanesa entre líos (también disponibles aquí en Wattpad) antes de continuar. No haber leído esas historias no afectará la compresión de Armando entre faldas, pero hay riesgos de spoilers. 

Anímense, esas historias también son comedias :) 

Saludos ♥

----------------------------------------------

—Me sentí tan avergonzado frente a tu consejera —admito. 

—Si te sirve de algo, ella ya tenía una opinión mala de ti —dice Benja.

¿Qué? Ahora me siento peor. 

—¿Por qué? —alego, dejando caer sobre el fregadero uno de los platos que estoy lavando—. Yo no le he hecho nada malo a ella. A nadie.

 Benja alza los hombros. —No sé. Simplemente no le caes bien.   

Yo ya terminé de comer mi parte de la pizza. Pero como además de ropa también tenemos muchos platos acumulados, me dispuse a lavarlos. 

 —Tal vez no es la primera vez que metes la pata con ella —dice Benja—. ¿No la recuerdas de algún lugar?  

Intento hacer memoria. —Paola Durán —musito, tratando de recordar—. Paola Durán... —No pude haberla conocido en la universidad—. No... no consigo asociarla con nada.

—Vive en esta misma calle —añade Benja, llevando a su boca otro pedazo de pizza. Al menos tiene la amabilidad de acompañarme, porque de ayudar... nada—. Por eso me tiene bien vigilado.  Me pone más atención a mi que a otros chicos del instituto.

 —Tengo que agradecérselo —reconozco. Paola sabe más de mi hermano que yo.

Una vez más intento recordar. Pero no... no recuerdo a ninguna Paola Durán.

—¡No, Armando!—se queja Benja—. Ya es lo suficientemente insoportable sin que nadie le agradezca nada. Imagina que le pidas estar pendiente de mi. 

—Da gracias de que alguien se preocupe por ti —lo regaño.

Pero los ojos de mi hermano están de vuelta en su teléfono. No comprendo a los adolescentes: se quejan de sentirse incomprendidos y solos, pero quieren estar solos. 

 —Benjamín, tenemos que hablar sobre eso —insisto, viendo el teléfono. 

Él se incorpora y me toma una foto fregando platos.  —¿Tienes Facebook? —pregunta, cambiando ágilmente de tema.

—No —gruño, dejando caer más platos. No suelo lavar tantos. ¿Qué hizo el moco que se acumularon tantos?

—¿Twitter? ¿Instagram? 

—Nada de redes sociales —digo, orgulloso. 

—Que aburrido.

Asiento. —Soy aburrido. Me siento orgulloso de ser parte de ese 1% que no frecuenta las redes sociales. 

—¿Por qué? 

Mi hermano no puede creerlo. 

—Adquirí el hábito desde que mi amigo Daniel se alejó de ellas. 

—¿Y cómo vas a conocer chicas? 

Ruedo mis ojos. —Como la gente normal, Benja, y tú deberías hacer lo mismo. Tratar a las chicas directamente.

—Y como eso te ha funcionado tanto —se burla él. Lo miro molesto—. Y no me mires así. Tú mismo admitiste ser un tipo aburrido.

—Más bien ordinario —aclaro—. No soy guapo, enigmático, divertido, adinerado... cual gerente de Grupo M —gruño, mirando los platos.  

Armando entre faldas ©Where stories live. Discover now