See the light (MARKSON)

24. Bajo la ducha de nuevo

Eran las seis y media de la mañana, el sol comenzaba a molestar a través de la ventana y fue Jackson el primero en abrir los ojos. Vio a Mark dormido a su lado y de solo recordar la noche anterior le daban dolores en el estómago, supuso que a eso se refería la gente cuando se enamoraba porque con el americano le pasaba constantemente.

Se movió con cuidado para no despertarlo y se levantó de la cama. Fue a cerrar las cortinas para que pudieran seguir durmiendo, apenas habían pasado tres o cuatro horas desde que se habían ido a dormir. Volvió a la cama y se tumbó de costado mirando al chico, y no pudo resistirse a acercar una de sus manos para acariciar su cara, parecía un ángel durmiendo tan relajado y ahora que el rubor de sus mejillas había desaparecido.

Mark notó las caricias y que su posición había cambiado, alargó el brazo buscando a Jackson y se encontró con su brazo así que se acurrucó contra él aún dormido y dejó escapar un suspiro.

Pasó un rato y al chino se le había pasado el sueño, ya no quería dormir más porque se había preferido mirar y acariciar al mayor, se preguntaba qué sería de ellos cuando terminaran las vacaciones con tanta distancia y estuvo pensando varias opciones. Él ya no podía competir más por su lesión así que no debía estar continuamente en China. Al principio aquella lesión le había hundido porque se había terminado su carrera como atleta, pero tras superarlo y reencontrarse con Mark pensó que en el fondo tenía una parte buena, podía trabajar de otra cosa o incluso mudarse a otro país, al menos el idioma sabía hablarlo.

A las siete y media de la mañana empezó a sonar el móvil de Mark, era la alarma y el chico se despertó al instante algo desorientado al principio. Cogió el móvil y le quitó la alarma dejando caer el aparato en la cama, como si estuviera zombie. Se quedó un instante con los ojos cerrados, boca arriba, y tras un bostezo se giró para quedar de costado y encontrarse con un divertido y despierto Jackson, cosa que le sorprendió y le hizo sentir avergonzado.

-¿Ya estás despierto? Son las... es temprano –dijo Mark sin recordar la hora que era.

-Desperté mucho antes, cuando entró el sol por la ventana.

-¿Y qué has hecho hasta ahora? ¿No te has dormido?

-Te estaba mirando y no me cansaba de hacerlo, no me apetecía dormir de nuevo –dijo Jackson provocando una tímida sonrisa en el rostro ajeno.

-Que tonto, no digas esas cosas –dijo Mark rodando para quedar boca abajo con la cara hundida por completo en la almohada, evitando que lo viera así de avergonzado.

Jackson, aprovechando la posición del mayor, se colocó con medio cuerpo sobre su espalda y le dejó un par de besos en el hombro esperando que así lo mirase. Lo logró. El americano giró su cabeza y lo miró con una sonrisa de oreja a oreja, las típicas de tonto enamorado.

-¿Nos duchamos y vamos a desayunar?

-Vale... Pero vístete.

-Bueno, claro, no voy a ir desnudo al comedor –dijo Jackson con un tono un tanto cómico.

-Que te vistas ahora... Ayer te desnudaste tú, yo quiero... Cuando nos duchábamos en las duchas del gimnasio, a veces, siempre, no bueno... La cosa es que más de una vez me he imaginado en aquellas duchas tú y yo solos y me pedías ayuda para desnudarte...

-Que pervertido, imaginabas cosas sucias conmigo... Está bien, aunque no tengo aquí mi traje de esgrima, te tienes que conformar con una camiseta y unos pantalones.

-Algún día te obligaré a cumplir esa fantasía en un gimnasio.

-Está bien, pero entonces te tienes que vestir tú también.