•|CAPITULO 3|•

Start from the beginning
                                    

_¿Porqué dices eso?, esta claro que no me sucede nada_ respondió con la vista en frente mientras conducía.

_Llevas mirando el espejo retrovisor más de cinco veces y tus latidos están reventando.

_Tonterías.

_Dime.

El suspira.

_El consejo enviará a otro Alfa a nuestra manada, a nuestro territorio_ frunció el ceño_Nadie estará satisfecho con esta situación.

_Lo sé, también me hierve la sangre al pensar en eso. Pero no hay nada que hacer, no podemos desafiar una orden del consejo. La manada sabrá entender eso_ traté de hallar consuelo con mis propias palabras, pero resultan en vano.

_Podemos, David.

_Necesitamos a los hombres que sean necesarios para proteger a mi hijo, Ian. Lo sabes más que nadie_ demando.

_Lo siento, no lo pensé así.

_No, porque hay algo más que te pone inquieto_ espeto.

Carraspea antes de responder.

_Solo estoy nervioso por lo que esta ocurriendo, nada más.

Mientes.

A pesar de que quería encarar su respuesta, sólo me mantuve callado con la vista puesta en el bosque. De nuevo me estaba sintiendo cansado, no voy a preocuparme por mí hasta que sepa que mi hijo está seguro al cien.

Él es lo único que me queda de ella.

No voy a perderle a él también.

* * *

_¿Estas seguro de que es alguien en quien podemos confiar?_ tras minutos largos de silencio, Ian los quebranta con su pregunta.

_Hicimos un tratado de paz con Derek Moore hace 4 años.

_Un tratado de paz no es lo mismo que tenerlo bajo el mismo techo, en nuestro territorio David_ proclama.

_No estará por mucho tiempo, solo necesito que acceda en darme a más hombres para proteger el perímetro y custodiar a la manada.

_¿Y crees que él aceptará hacerlo?.

_No tiene opción, es eso o desafiar al consejo. Una guerra con ellos definitivamente no sería del agrado de nadie_ Ian asiente silencioso.

_De todos modos, estaré vigilandolo de cerca. No me fío para nada.

No respondí.

Cinco años antes, tuvimos un altercado con la manada de Derek Moore, una disputa que nos había llevado a la guerra por casi dos años. Hasta que nos percatamos que ninguno de los dos estaba tomando algo bueno de eso.

Ambos estábamos perdiendo todo.

Así que decidimos ser aliados y terminar con el odio. Fue la mejor decisión.

Desde ese entonces, ambas manadas permanecen en paz una con la otra.

Quería pensar que eso no cambiaría con su llegada.

En cuanto llegamos a la mansión no dudé un segundo más en bajar de la camioneta. Dos horas y media de viaje era bastante agotador y tenía demasiadas cosas que hacer.
Ian se puso a mi lado y ambos caminamos hasta la entrada, había un tipo de tensión rara en el ambiente. Frunciendo el ceño seguí mi trayecto tratando de ignorarlo, pero se intensificó mucho más al ingresar en el interior de la mansión.

El Cachorro Del AlfaWhere stories live. Discover now