"LO QUE COMPARTIMOS..."

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Parte 3 de 4

Edad, 8 años.

Anahí llamó a la puerta de la casa de Dulce, abrazando a su nueva adquisición con firmeza contra su pecho, como si el objeto pudiera volver a la vida y huir de ella sino lo mantenía lo suficientemente apretado.

-¡Mira quién está aquí!... -Fernando sonrió. -Hola, Anahí, ¿cómo te va en las vacaciones de verano?

La castaña sonrió con la mirada. -De maravilla, tío Fernando... ¿Esta Dulce en casa? -preguntó, tratando de ver detrás de él a través de la puerta.

-Sí, ella está coloreando en la sala de estar... Vamos, entra -Se hizo a un lado y Anahí salió volando por delante de él, corriendo hacia la sala de estar, encontrando a su mejor amiga sentada en el suelo entre cuadernos y lápices de colores.

-Dulce -Ella llamó, tratando de contener su emoción. -¡Mira lo que tengo!- Obviamente, no hubo respuesta y rodo los ojos. Después de dos años, se las arregló para olvidar que la ojí marrón no podía oír. -¡DULCE! -Gritó más fuerte, pisando con el pie con fuerza contra el suelo de madera, haciéndolo vibrar y sonrió cuando la cabeza de su amiga se giró hacia ella.

Los ojos marrones de Dulce se abrieron y miraron a su alrededor, como si tratara de encontrar una razón para el mini terremoto que acababa de sentir, más allá de la pequeña castaña. Anahí saltó hasta ella y se sentó a su lado, en la nueva y costosa alfombra que había sido bautizada con jugo de uva hace unos días (para horror de una señora Espinoza).

-¡Mira lo que tengo! -La castaña hablo precariamente a través de señas, con una sola mano mientras que la otra sostenía su más reciente copia de Funny Girl.

Dulce miró la caja, estaba impresionada. No sabía de muchas películas, no era muy divertido para ella ver la televisión en silencio (a excepción de los dibujos animados, los dibujos animados siempre eran divertidos).

-¿Podemos verlo? -la morena miró con ojos esperanzados. -Por favooooooor? -Hablándole en voz alta y haciendo señas de forma exagerada.

Anahí sabía que a Dulce no le gustaba ver películas porque eran difíciles de entender sin audio, pero era su musical favorito en el mundo y quería compartirlo con su mejor amiga en el mundo. Por no hablar de que la televisión de Dulce era más grande que la que tenía en casa y que no quería perderse la oportunidad de ver a Barbra en una pantalla gigante (32" parecía gigante a su edad).

Dulce miró al techo y tratando de hacer cara de falsa molestia pero sonriendo al mismo tiempo, no obstante. Fue gracioso cuando Anahí rogo por verla. No respondió al principio, tratando de pensar en lo que podría pasar con la película si estaba de acuerdo con verla.

-¿Podemos también comer palomitas?

Dulce asintió rápidamente y abrazó con fuerza el cuello de su mejor amiga.

Anahí se puso de pie y dejó la película en el reproductor de DVD antes de correr a la cocina.

-¡Tía Blanca! -gritó, asustando a la señora mayor, un poco sorprendida, con una mano aferrada a su pecho y una cuchara de madera en la otra. -Dulce quiere palomitas, ¿puedes hacer algunas para nosotras?"

Blanca negó con la cabeza.

-Es casi la hora de la cena y...

-Porfavooooor, ¡sólo poquitas! ¡O Dulce no va a ver la película conmigo!- Puso una mano sobre el mostrador, saltando un poco sin despegarse mucho del suelo. -Es importante para mí... -Ella dijo en voz baja, con la voz que siempre hacia para convencer a sus papás para hacer lo que ella quisiera.

Soundproof PortiñonTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang