Capítulo 16: Provocame

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Las manos de Wilson tomaban mi espalda, nuestros cuerpos estaban calientes y más mis mejillas, me sentía cómoda en sus brazos, su respiración golpeba mi oreja, lo que hacía que mi cuerpo se estremeciera, una gran sonrisa se encontraba en su rostro, repartió besos en todo mi rostro, mis risas nerviosas unidas con pequeños gemidos resonaron en toda la habitación.

Nuestros cuerpos estaban enredados entre las sabanas, estábamos muy cerca, lo que me hacía sentir relajada y llena.

Wilson beso mi frente con ternura y un escalofrío recorrió mi cuerpo, seguía sonriendo, con lentitud se volteó y fijo si mirada en el reloj, un gruñido esbozo de su boca al observar la hora.

Tenemos que ir a la reunión dijo frunciendo el ceño. Para después acostarse y abrazar su almohada con una expresión de irritado.

...

Mire el vestido con mala cara, era morado y ceñido al cuerpo, prefiero estar cómoda antes que estar desesperada por llegar a la casa y quitarme el vestido,  busque en el clases y observe un vestido color azul suelto, pero elegante, lo saqué del gancho y lo acomode en la cama.

Sali de la habitación y divisé a Wilson.

¿Llamaste a Mari? pregunte algo preocupada.

Ayer una empleada nos dijo que Mari se había ido, pensamos que había vuelto a su casa, pero el padre de Wilson llamó para saber como estaba,  realmente no puedo medir el descaro que tuvo al hacer eso, pero al menos nos informó que no estaba allí.

Si, me dijo que regreso sola y también que le informara a mi padre,  pero también le diga que le de un tiempo allá dijo revolviendo su cabello.

Estaba angustiado, camino estresado hasta el baño y cerró la puerta, suspire confundida, salí de la habitación y me adentre en la de alado, rápidamente me duche, observe el vestido nuevamente y sonreí, me vestí y observe el resultado.

Todavía no estaba completamente lista, mi rostro estaba estropeado y algo grasoso, algo con que lucho a diario.

Me maquille lo que pude, quedé presentable, con mi poca experiencia,  pienso que lo hice bien.

Me puse unos tacones bajos y me cepille los dientes, una sonrisa apareció en mi rostro al verme tan bien vestida.

Clara —susurro Wilson entrando.

Voltee y no pude evitar ponerme nerviosa, el traje le quedaba extremadamente bien, su colonia me cautivo al entrar y traía una corbata color vino que combinaba con el traje negro, su cabello estaba peinado hacia atrás, gracias a medio envase de gelatina que debió gastarse.

¿Que pasa? —dije saliendo de mi trance.

Tengo algo para ti —dijo y saco una pequeña caja.

¿Que es? —pregunte emocionada.

Wilson saco un hermoso reloj gris, y me lo puso, se veía muy extravagante y con perfectos detalles, nunca me ha gustado utilizar relojes, pero este sin duda es de mi agrado.

Me da vergüenza que no tengo nada para ti —dije observando el reloj.

Eso no importa, Clara —dijo y beso mi frente—. Fui a comprarlo y me gusto para ti también.

Levanto la manga y me mostró el mismo reloj, sonreí y bese su mejilla algo apenada,  pero me sentía realmente agradecida de que piense en mi.

Te ves hermosa —dijo y acomodo la falda del vestido.  La cual se me había olvidado arreglar.

Falta una hora para que comience —dijo con una sonrisa llena de perversión.

Enredo su mano en mi cabello y beso mis labios, sus labios se movieron sobre los míos de manera depravada, sus labios siempre estaban extremadamente calientes, lo que te llega a sentir más placer del que debería sentirse con un simple beso.

La puerta se abrió y nos separamos.

El chófer llego —dijo la empleada con la mirada fija en su teléfono.

La fiesta es dentro de una hora —dije.

El chófer dijo que era lejos el evento, hasta luego —dijo y se fue.

No se como no se golpea con las paredes, siempre tiene su teléfono a menos de un centímetro de sus ojos.

Wilson me miro con una mueca, sonreí al ver su expresión, siempre se molesta cuando lo interrumpen, la mayoría del tiempo se comporta como un crío, pero realmente no me molesta, siempre me causa risa.

Tome del brazo a Wilson hasta salir del departamento.

...

Tienes la increíble habilidad de dormir en cualquier lugar —dijo riéndose a carcajadas.

Lo mire fulminante, me había quedado dormida en el camino y me desarregle, acomode el mechón rebelde y me baje del auto.

¿Por que cada vez que una empresa tiene su aniversario tienen que hacer una fiesta? —pregunte molesta. Odio este tipo de fiestas.

Porque son ridículos —respondió Wilson y tomó mi mano—. Nosotros también lo somos, porque lo hacemos.

Dijo Wilson, nosotros también organizamos fiestas de la empresa, pero son cortas, es solo un discurso y algo de comida, pero las de este tipo son de un discurso de más de una hora, donde casi todos los trabajadores dan una charla.

Entramos en el gran hotel, estábamos en uno de los hoteles Reiffel, en los cuales se hacen la mayoría de fiestas de empresas y millonarios, solo me recuerda el día en que Wilson volvió, fue un día muy especial para mí, aunque casi me da un infarto ese día.

Buenas noches —dijo el mesero.

Respondimos y nos dirigimos a la mesa, había una multitud de gente y todavía no había empezado, los músicos estaban probando los instrumentos y los meseros apenas empezaban a repartir la comida, habíamos llegado más que temprano, apenas faltaba media hora para que comience, pero hay personas hasta más puntuales, que debieron de llegar una hora antes, realmente es un extremo, me senté alado de Wilson.

—Hoy no quiero llevarte —dije con una media sonrisa.

—No te preocupes —dijo Wilson con una sonrisa—.  Me he rendido ante el alcohol.

Su sonrisa era más que contagiosa, sus ojos eran como observar un cuadro lleno de olas y sensualidad, los cuales se fijaban en los míos, seguíamos sonriendo como tontos, pero sentí como me bajaba.

Me levante de la silla rápidamente.

—Tengo que ir al baño —dije desesperada.

No hay problema —dijo con una expresión de compresión. Él ya sabía lo que era.

El que llega cada mes y hace de mi vida un infierno.

La querida menstruación.

Me fui casi corriendo hasta el baño, después de pasar por una multitud de gente, cuando ya estaba en el pasillo para llegar, sentí como me tomaban el brazo.

—Que bueno verte, Clara —dijo con una sonrisa tenebrosa.

Mil disculpas por no subir.

He estado con muchas ocupaciones, pero dentro de unos días, tendré vacaciones.

Saludos y besos.


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