Capítulo 2 "Verdad"

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Gakushū abrazó y acarició el mojado cabello de Manami por un largo tiempo hasta que los sollozos de ella terminaron abruptamente. Tan solo eran ellos dos en medio de una plazoleta solitaria bajo un lluvioso cielo gris. No quería aceptarlo, pero al chico le había causado mucha curiosidad ver a la científica prácticamente todos los días y detrás del mismo árbol en la Preparatoria Kunugigaoka. Seguramente era para ver a Karma y su novia irse juntos. A pesar de todo, era la primera vez que la encontraba ahí y en ese estado. Quizás cuantas veces lloró por su amor no correspondido.

― Oye ¿Te encuentras bien? ― Terció el peli naranjo al no escuchar a la chica llorar.

Fue entonces cuando hizo que sus ojos entraran en contacto, percatándose de que la peli morada se había desmayado. Su rostro pálido y demacrado lo asustaron, pero lo que más lo intrigó fue la fiebre que comenzaba a aparecer en ella. ¿Cuánto tiempo había estado allí llorando bajo la lluvia? ¿Dos o tres horas acaso? Era algo que no podría responder.

― ¿Y ahora qué hago contigo? ― Se dijo el chico, mientras tomaba a la chica al más puro estilo princesa y comenzaba a correr con dirección a su casa.

El paraguas quedó abandonado en medio de la plazoleta lluviosa, mientras el chico intentaba correr, sin importar lo mojado que estaba. Saltó charcos y baches en el camino con maestría, intentando no sobresaltar a la joven en sus brazos. Después de diez minutos de carrera, el chico vislumbró su casa. Entró sin siquiera quitarse los zapatos y el abrigo. Lo que traía consigo era más importante.

― Gakushū ¡Que alegría...! ― Lo saludó el mayordomo.

Este tenía mucha confianza con el peli naranjo desde que terminó el tercer año de secundaria. ¿Por qué no contarle sus cosas y forjar una sincera amistad con el hombre que lo conoció desde sus primeros días de vida?

― Tiene fiebre ― Dijo el chico, interrumpiéndolo ― ¡Ayúdame por favor!

― Dámela ― Pidió el hombre mientras caminaba hacia una de las habitaciones de huéspedes con la chica en brazos.

Gakushū observó la escena un tanto confundido. ¿Por qué estaba haciendo eso? ¿Por qué se preocupaba de un tema que estaba muy lejos de inmiscuirlo a él? Sin demora corrió hasta donde estaba la peli morada. La observó detenidamente hasta que se le ocurrió una idea. Registró los bolsillos de ella hasta dar con su celular y marcó al primer número. Este sonó por unos instantes hasta que la chillona voz de Akari se dejó escuchar.

― Manami, lo siento mucho... ― Dijo la joven hasta ser interrumpida.

― Habla Gakushū Asano ¿Quién habla? ― Dijo el peli naranjo de lo más normal.

― ¿Asano? ― Se asustó ― ¿Qué le hiciste a Manami y por qué tienes su celular? ― La voz de la chica sonaba realmente molesta.

― La encontré en una plaza bajo la lluvia. Está completamente empapada y su fiebre no quiere bajar ¿Ahora me dirás quién eres? ― Dijo molesto.

― Soy Akari Yukimura. En la secundaria me conociste como Kaede Kayano, pero eso no importa.

― Ya veo ― Dijo en un intento por recordarla ― Como te decía,  no tuve más remedio que traerla a mi casa y como aquí somos hombres no nos hemos atrevido a quitarle la ropa, sino lo justo y lo necesario. 

― Comprendo― Dijo más calmada― ¿Me puedes indicar dónde vive? Así todo será más fácil.

― Claro. Te enviaré mi dirección por el celular de Manami.   

Pálida flor [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora