Capitulo 39. Encontronazos

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Valen

No le había dicho con exactitud sobre que hora llegaría nuestro avión, por lo que cuando mis pies tocaron el suelo del aeropuerto de la ciudad no me esperaba a nadie para recibirme, para recibirnos y nadie nos estaba esperando.

Dany se apoyaba en el hombro de Fred, mientras este intentaba tirar de todas las maletas... se frenó y dijo:

- Llevaré a Dany fuera, conseguiré un taxi y la dejaré dentro... luego vendré a por ti y las maletas..

- Por mi...- era una buena opción, la única, porque no daba logrado hacer todo a la vez.

- ¿Vas a abandonarme ahí fuera? ¿Con un taxista al que no conoces de nada? ¿Y si es un violador? Tal vez ni sea un taxista, ¿que identificación te mostrará al dejarme allí? Por conducir uno de esos taxis amarillos pudo haberlo robado tres calles más arriba....

Fred puso los ojos en blanco, yo también lo había echo... y cargó a mi prima en sus brazos.

- Vuelvo en nada...

Como de costumbre Dany se hartó de pegarle a Fred (por lo menos en el trayecto que vieron mis ojos), no le importaba que la gente a su alrededor se riera al ver su semejante pataleta... Fred esquivó como pudo los golpes más fuertes y se perdieron entre la gente..

Me senté sobre las maletas, mi pequeña no era de largos paseos y mucho menos de estar de pie...

Una señora mayor me ofreció su ayuda, y se lo agradecí, pero la rechacé, se quedó hablando conmigo hasta que Fred regresó.

La señora se despidió y nosotros caminamos hacia la salida del aeropuerto, cogimos el taxi y emprendimos el camino. Le dimos la dirección del apartamento de Fred, donde dejaríamos nuestras cosas y el cogería el coche para acercarnos hasta el hospital.

A pesar de los ruegos porque nos quedásemos a descansar unas horas (eran las dos de la madrugada) ninguna de las dos le hicimos caso y lo acompañamos hasta el hospital. Preguntamos en recepción por el abuelo y nos dijeron que estaba en quirófano, que había más familiares en la sala de espera...

Anduve lo más rápido que mis pobres pies me dejaron, y al llegar a la sala me detuve como si la verdad me golpease, como si hasta aquel momento no me diese cuenta de la gravedad del asunto...

Mi madre aferrada a mi padre llorando...

Mi tía abrazada a mi abuela y mi tío Richard sosteniendo a ambas....

Caroline y Claire llorando también...

Siempre te he soñadoWhere stories live. Discover now