-Qué...? -susurró el otro confundido-

-3 meses antes del accidente, a Mirai se le detectó un cuadro de anemia. Obviamente la estuvimos manteniendo siguiendo fielmente las órdenes del médico ya que a falta de un donante compatible no era posible la operación...

Pero, si no hubiera sido por ese maldito que huyó!

No... no hubieramos hecho lo que tuvimos que hacer!! -dijo golpeando sus rodillas con sus puños-

Aún puedo recordar aquél día... estábamos comprando el sabor de helado que le más le encantaba, sí en el mismo lugar donde estuvimos hace un rato... -dijo cabizbajo-

Y a pesar de que revisé correctamente todas las señales de tránsito, ella simplemente escapó de mis manos para correr detrás de un pequeño perro blanco que cruzaba la avenida.

Solo estuvo una semana en el hospital, y luego se había ido.

Las lágrimas corrían escandalizadas por el dolor desde los asfixiantes ojos de Kimizuki, haciéndole imposible respirar normalmente, escondió su pena con sus manos cubriendo su rostro, dejándo a Mikaela imaginar tal dura experiencia con tan solo verlo.

Pero el otro solo podía entender una cosa.

Mikaela se puso de pie y caminó muy despacio hasta donde estaba Kimizuki. Se inclinó flexionando sus rodillas, quedó frente a él y tomó sus manos. Pudo observar como éste se encontraba devastado y desahuciado, incapaz de seguir hablando, simplemente callado reservando su aflicción.

Pero, él no dejaría que siguiera viviendo esta tormenta, entonces hizo presión con sus manos sobre las de éste para transmitirle confianza y rápidamente el otro sintió su apoyo.

-Mikaela... no sé que tienes en mente, pero el que hayas venido hasta aquí... significa que ya no podrás regresar, eres consciente de eso? -dijo Kimizuki clavando sus ojos sobre las manos de éste-

-Lo sé -respondió firme-

-Entonces, porqué estás desperdiciando tu ...

-Yo no he perdido nada aún.

Mikaela llevó en un segundo sus manos hasta las mejillas del líder e hizo una presión más fuerte sobre ellas, la tensión era indispensable y más aún cuando se trataba de decisiones por tomar, por lo que Kimizuki se deshizo de su control y echó la mirada hacia otro lado.

-Cuánto tiempo te queda...? -dijo sin verlo-

-28 días desde hoy... -respondió inquieto-

-Y crees que en ese tiempo, vas a lograr sacarme...? -agregó mostrando una turbia sonrisa-

-Kimizuki ya basta!! -gritó tomándolo de por los hombros-

Mírame a los ojos cuando te hablo!! Deja de decir que no puedo hacerlo!! Porque yo te llevaré conmigo!! -gritaba agitándolo de atrás hacía adelante desesperado-

-Pft... Jajajajaaja! -reía mientras el otro lo agitaba-

-Kimizuki!! -refutó irritado-

-Mikaela...

Tú... que no has perdido nada, Tú crees poder sentir lo que siento?

Tú crees que voy a deshacerme de esto así de fácil?

-SLAP- Se escuchó un golpe sordo resonar entre ellos; Kimizuki despegó las manos de Mikaela dando un solo golpe sobre el pecho de éste.

-Vete de mi casa... -susurró con un tono agrio en su voz-

No vuelvas nunca más, porque no tengo el más mínimo deseo en regresar. Aprovecha y negocia con "él", tal vez puedas irte y salvar a los que te están esperando ahí afuera. -dijo convencido-

DijinnWhere stories live. Discover now