2.

41 9 1
                                    

—¿Qué esperamos Prakash? —digo aburrido mientras apoyo mis brazos en la baranda del barco. El aire salino recorre mi boca y seca mis labios. Prakash, Harry y yo vamos casi media hora en la cubierta del barco, observando a Esfera II que flota apaciblemente a unos seis metros de distancia de nosotros.

—Hoy es el octavo día de Esfera II. El octavo día de Esfera el brillo apareció. Solo quiero ver si sucede lo mismo —me observa para hablarme, pero voltea rápidamente a ver la pequeña esfera.

—Yo pienso lo mismo —responde Harry dubitativo—. Debemos analizar si tienen el mismo comportamiento.

Suspiro declarando mi derrota y volteo hacia Esfera II. Aquí en la inmensidad del mar, con el sonido de las olas golpeando con el casco del bote y la infinita superficie acuosa que me rodea me hace ver a Esfera II mucho más insignificante que la ubicada en Washington.

Al cabo de un rato, nos rendimos y empezamos a andar por el muelle del gran bote hasta la puerta que da acceso a los niveles inferiores, donde cada uno tenía su habitación con las pocas cosas personales que había traído.

Abrimos una pesada puerta de metal con un ojo de buey en el centro y descendimos por unas limpias escaleras de un metal color cobrizo. Las paredes eran de placas de metal enchapadas y en ciertos puntos, tuberías se mostraban ante nosotros y volvían a desaparecer en la pared.

Doblamos en una esquina y llegamos al pasillo de las habitaciones. La mía era la primera y la más cercana a la salida, luego seguía la de Prakash junto a la mía y después la de Harry. Varios empleados del bote y militares dormían en las habitaciones posteriores, pero en esta semana no he logrado congeniar con alguno o cruzar más de tres palabras.

Entro a mi habitación y la observo con desazón. Una cama de metal desatendida, con un colchón duro y una almohada igual. Un pequeño escritorio atornillado al suelo con otra caja de datos sobre este.

El bote donde nos encontrábamos era uno de los más pequeños de toda la flota, el cual sólo servía para dar habitación a todos los participantes de la investigación. No tenía las clásicas chimeneas grandes de vapor, sino solo una pequeña en el puente de mando. La superficie de la cubierta es de metal al igual que los pasillos y las barandas y demás objetos adicionales tenían un color rojo desvaído.

El bote con los materiales para la investigación es otro mucho más limpio y moderno. Es dos veces más grande que este y fue dado por el gobierno estadounidense. Los laboratorios improvisados se encuentran sobre la cubierta del bote y en sus inmediaciones. Cada día nos transportamos por medio de una balsa de aquí al buque de investigación para cumplo la misión que nos ha sido encomendada.

Me recuesto en mi duro camastro e intento ordenar mis ideas. Las conspiraciones que vuelan en el aire y las redes sociales han hecho mella en mis pensamientos y no puedo escapar de ellas. No dejo de darle vueltas al pensamiento de que estamos estudiando algo alienígena, que podría si quisiera, tocar algo que no proviene de este mundo.

Yo mismo examiné la composición química de Esfera II. El acero inoxidable es algo meramente artificial y dudo que las probabilidades de que exista en forma natural den para que Esfera I y II hayan sido creadas. Aunque, al pensarlo más a profundidad, el material no era exactamente acero inoxidable, sino algo muy similar.

Me descubro acostado en la cama, observando el techo mientras medito tantas cosas sobre estos dos objetos. Al poco tiempo, mis ojos se cierran y me sumerjo en un mar de sueños y esferas.


Un golpe me saca de mi sueño y observo rápidamente a mí alrededor. Mi cerebro poco a poco recobra la conciencia y la energía mientras intento hallar la fuente del sonido. Vuelve a sonar un continuo golpe y caigo en cuenta que es alguien tocando la puerta.

EsferaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora