Lost Angel [Daryl Dixon; TWD] #ZombieAwards2021

Capitulo 1: Mentiras

Despierto de golpe sin entender porqué e inmediatamente me incorporo en el colchón de mala muerte que encontré días atrás en este camión de remolque. ¡Dios! Mi espalda dolía como nunca antes, pero antes de siquiera poder emitir sonido alguno, fui paralizada por unos brazos mucho más fuertes que los míos, y silenciada con unas sucias manos que fácilmente podrían acabar con mi vida.

«¿Qué mierda estaba pasando aquí?»

Era imposible que alguien hubiese descubierto nuestro escondite, estaba todo sumamente planeado. Bien, sea como sea, acabare con este matón en cuestión de segundos si esto lo ameritaba.

Intento golpear en los puntos débiles de aquella persona con la intención de noquear al desgraciado que se encontraba a mis espaldas, y me sacudo como un perro rabioso, porque cariño, antes perra que muerta.

No fue hasta que esta persona solto groserías, que descubrí de quién se trataba: era James. Grandioso. Me detuve de cualquier acto y di unas pequeñas palmaditas en sus manos señalandole que había comprendido la situación; de seguro habían personas rondando por los alrededores en busca de suministros, personas, gasolina, o qué se yo.

Sin embargo, fuese el caso que fuese, ¿qué mierda con James? ¿Era realmente necesario actuar como un secuestrador?

“¿Qué pasa contigo?” —le increpo, intentando controlar mis ganas de patearle el trasero y enviarlo a la misma China.

“Hay una gran orda de caminantes, eso pasa, y tú mi querida no dejas de roncar y ser bastante escándalosa” —me responde bastante calmado, como si no hubiese dicho lo que dijo. Cretino.

Suspiro cansada y me levanto de aquella incómoda posición con James pegado a mi espalda sudada por el calor, necesitaba un baño y ahora ya. Mi estómago rugio segundos después y dejé la idea del baño para más rato, mi estómago rogaba por un bocado de cualquier alimento mientras que mi mente no aceptaba ingerir nada. Finalmente, decidí buscar algo para comer y en completo silencio busqué cualquier lata de comida en conserva dentro del bolso que teníamos para los alimentos, pero lamentablemente solo pude encontrar paquetes vacíos y envases con sobras que ni juntandolas formaban un bocado. Doy media vuelta con el ceño fruncido y capto la atención de James quien sólo se digna a rodar los ojos frente a la situación en la que nos encontrábamos.

Bien, debía de admitir que nos sentíamos cansados y aburridos de estar en la situación en la que actualmente se nos presentaba, pero ¡debíamos hacer algo! Y él no estaba siendo de mucha ayuda con aquella actitud tan inmadura, moría de hambre y él sólo...

Se levanta del colchón con dificultad, con pasos torpes y se acomoda la musculosa que hacia resaltar sus fornidos músculos sucios por la tierra, dándole una apariencia vagabunda. A pies descalzos se dirige hacia la puerta metálica del camión en el que nos escondíamos e inclina su cuerpo con delicadeza, pegando su oído al frío metal que daba paso al exterior. Largos e infinitos segundos de silencio junto al sonido de nuestras irregulares respiraciones se hicieron presente, y lo único que pude apreciar fue a un chico castaño que intentaba concentrarse en el vago sonido del exterior.

“¿Hay algo?” —pregunto inevitablemente bastante curiosa dejando de lado la tensión de hace un momento.

“Ven acá” —inquiere cortante.

Rápidamente me muevo trasladandome a su lado esperando saber lo que estaba pasando, pero recibo nada más que instrucciones suyas como si fuera alguna una clase de robot o subordinada. Y sí, admito que a veces soy bastante idiota al momento de recibir indicaciones o algo, pero ¿realmente es necesario que me trate como una esclava? Su humor de perros se me estaba contagiando y solo sonreí como una demente, escondiendo mis ganas de patearle el trasero.