Luego de todo lo que había pasado, la verdad es que pensabas que nada cambiaría.
Pero una persona aparece de repente y, no solo te hará cambiar de opinión, sino que dudarás en lo que realmente quieres.
(Continuación de "Gracias a Facebook y un Toma...
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Javier escupió todo.
—¿Que Carlos es qué? Bian, ¿estás segura? Las alergias pueden aparecer de un día al otro.
—Estoy segura, Javi. Ya no aguanto más necesito saber quién es el verdadero Agustín.
—Bian, soy tu amigo, ¿pero esto no te parece demasiado flashero? ¿No podes aceptar las cosas como están y ya está?
—No. Carlos es el verdadero Agustín, de eso estoy segura.
—¿Segura segurísima?
—Segura yogurísimo.
Según la versión de "Agustín", lo habían encerrado cuando se había ido de gira, no sé cómo ni cuándo, pero por alguna forma logró escapar y aparecer el día de nuestra boda.
Pero... ¿como sabía que estábamos todos ahí? ¿Por qué no había mandado un mensaje antes o aparecido en su casa? ¿Justo tenía que ser en la boda?
A mí no me engañaban más, eso estaba planeado.
Además las pruebas, las actitudes, de un momento a otro parecía distinto en pequeños detalles. ¿Pero cómo supo lo del tomate? ¿Será que lo había estado espiando todo este tiempo? Ugh, la cabeza estaba por explotarme, el descanso que había tomado no me había servido. Me hubiera ido del país, así más fácil, de no ser porque todavía quiero a Agustín.
Pero... ¿qué más da? De todas formas el "Agustín" que está en el hospital no fue el que me propuso casamiento. No fue al que presenté a mis padres. No fue el que me dio todos esos momentos. No fue el que me mostró lo más bonito de la vida.
Yo estaba enamorada de "Carlos". No de "Agustín". Y por eso confiaba en él.
De todas formas las cosas no cerraban. Además, si el que estaba en la carcel fuera Agus, debe estar sintiéndose re mal. Digo, todos le dan la espalda, y nadie le cree.
Excepto yo.
Yo sí le creo.
Suerte que no habíamos dicho nada a las fans.
Me levanté y fui a que me den la autorización para entrar.
—Carlos, yo...
—No me digas Carlos —sonrió y volvió a abrazarme—. Soy Agustín, aunque quizás no me creas.
—Lo siento, todo este tiempo estuve tan confundida que...
—Está bien, tranquila, no hay por qué disculparse —me acarició el pelo. Me sentía como en casa.
—Voy a hacer lo posible para que te saquen de aquí.
—No es necesario, ya él se desenmascará solo.
Y tenía razón. Llegaron los nuevos tours y Agustín parecía no poder cantar. No llegaba a sus notas habituales y los fans comenzaron a preocuparse.
No era ninguna enfermedad, él había salido del hospital hacía pocos días.
Los chicos de Márama me miraron mientras volvían al backstage.
