Baje la mirada acongojado.

—Quiero decir, ¿en que punto nos encontramos?

—Eso depende de ti...

| Bayley |

—Eso depende de ti... —le respondí, las palabras me salen temblorosas. Pareciese que se encontrase en una guerra consigo mismo.

Me apartó de su regazo y pego la cabeza al volante mientras se agarraba de este con fuerza, me siento la culpable de eso; en primer lugar, yo no quería que rompiéremos, pero pasar tanto tiempo alejados nos dañaba a ambos. No es que desconfiase de él, Finn sería incapaz de serme infiel, lo ha demostrado teniendo tantos años de amistad con Becky e incluso antes de llegar a conocernos... pero aun así la mente puede más que el cuerpo, y la constante presión del público. Muchos fans amaban vernos juntos, pero implicaba exigirnos mas el uno al otro por ser la pareja del momento y llevarse toda la atención, ser el centro de los focos cansaba.

En fin, me siento una idiota, él tiene razón. No tenemos control.

¿Qué va pasar cuando el vuelva?

¿Qué ocurrirá cuando tengamos que compartir el mismo aire?

¿Qué sucederá si decidimos actuar como si no hubiese nada entre nosotros?

Como si esa atracción fatal no existiese.

Él giro la cabeza en mi dirección y me miro, parecía estar decidido a algo, pero ¿a qué?

—Fergal, yo— fui silenciada por el roce de sus labios sobre los míos. ¡Maldita sea! Se siente tan bien... desearía tener la fuerza de voluntad suficiente para romper el contacto, desearía.

Sus fuertes brazos me rodearon la cintura y en cuestión de segundos retome la posición que teníamos hace algunos instantes. Apretó mi trasero haciéndome gritar en el beso por la sorpresa y dejarlo introducir su lengua en mi boca.

Y ahí perdí la cordura, me deje llevar completamente por el deseo y la atracción vigente que siento por él.

—Fergal —susurre intentando recuperar el aliento, el me respondió con un sonido gutural que salió de su garganta—. Creo que no entendemos muy bien el significado de la palabra ex-novios.

—Deberíamos de ponerla en práctica —soltamos una risa y nos seguimos besando.

Pero cuando note que sus manos estaban bajando el cierre de mi chaqueta, lo detuve.

— ¿Estas seguro de que quieres hacerlo en un auto? —ni yo misma puedo creer que le este preguntando esto. E inmediatamente una sonrisa picara adornaba su cara, ¿para que pregunté?

Hey, hey, hey, Bayley! Uh, ah! I want to know if you'll be my girl. —empece a reír como loca, no puede ser.

—Mi Dios, ¿tu también? —me abrace a su cuello y nos quedamos en esa posición un rato, el ambiente incomodo se había ido—. Entonces, ¿subimos a mi habitación? —Nuevamente una sonrisa picara curvo su cara, suficiente—. Mira idiota, esta es mi mano —señale—. Y se va a sentir muy gustosa de plantarte una cachetada —digamos que mi amenaza no era del todo, ¿amenazante? Me estaba riendo todo el rato—. ¡Ya deja de reírte de mí Finn!

Haciendo un puchero infantil y fingiendo enojarme me baje de su regazo y tome asiento nuevamente en el lugar del copiloto.

—Ya, ya... vamos al hotel —ahora la sonrisa picara era la que se había adueñado de mi cara, que irónico. Bajamos del auto y nos dirigimos al lobby, mostré mi tarjeta de acceso y nos adentramos en el ascensor, piso 24, estaremos un rato aquí—. Y bien, ya que usted bella dama ha decidido dejarme en la eterna penumbra, es mi deber como caballero —y como un simple mortal enamorado— pedir darnos una oportunidad o morir en el intento —hizo una cómica reverencia y sujeto mi mano estilo nupcial.

Instagram | Baylor ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora