Capítulo 33 - Leviatán y Kitsune -

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Han pasado dos semanas desde la partida de la Segunda Brecha del laboratorio secreto. En ese período de tiempo, para su fortuna, no fueron atacados por pacificadores ni soldados del abismo. Ben ha intentado asesinar a Nathan en dos ocasiones, ambas siendo detenido por Chloe, la cual no hesitó en apuntarle con su estoque si la situación lo demandase. Ashley ha estado un poco callada en los pasados días, al parecer comenzaba a sentirse un poco fuera del grupo, ella era por mucho el miembro más débil, y lo sabía, realmente nunca le había importado, esa abismal diferencia de poder entre ella y el grupo siempre le taladraba la cabeza, forzándola a mejorar desesperadamente, aunque manteniendo una sonrisa ante los demás. Se mordió un labio.

Actualmente se encontraban al oeste de Ulteon, habían viajado mayormente de forma latitudinal, el plan era llegar hasta la costa más occidental y de ahí viajar por agua hasta el bosque que anteriormente ostentaba una base de los Mana Hunters, de esta forma podrían pasar desapercibidos ante los Silenciadores.

Actualmente se encontraban al oeste de Ulteon, habían viajado mayormente de forma latitudinal, el plan era llegar hasta la costa más occidental y de ahí viajar por agua hasta el bosque que anteriormente ostentaba una base de los Mana Hunters, de e...

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El aroma a sal, ese sol que los observaba atento, la sinfonía de las olas y el graznido de las aves, no cabía duda, habían llegado a la playa. Aún cuando quisieran divertirse un rato en el agua salada /Y yo quisiera describir a Chloe en traje de baño/, no tenían tiempo para ello, cada segundo que pasaba era un segundo menos que le quedaba a Dronossia y al mundo. Sin embargo, llevaban varios días andando con el mínimo sueño, así que un pequeño descanso no les haría daño.

Ashley no dudó en quitarse la mayoría de su ropa y tirarse de lleno al agua, la refrescante sensación de flotar era inigualable, y más cuando llevaban bastante tiempo sin tomar una buena ducha. Adrien y Ben la siguieron, el primero no tuvo mucho problema ya que sus ropas estaban tejidas con almas verdes, por ende podría vestirse y desvestirse cuando quisiera. Ben, por otro lado, solo debía quitarse la armadura que llevaba por dentro y su usual manto, el cual nunca se quita por su vergüenza ante la armadura esmeralda. Ambos entraron al agua rápidamente, haciendo alguna pose en el aire antes de caer. Adrien le susurró algo a Ben, a lo que este accedió.

— Oye, Ashley, mira esto — junta sus palmas por un momento mientras parecía susurrar algo, repentinamente abre ambos brazos —. ¡Soy un mago de agua! — dos pequeños chorros de agua salen disparados de sus lados, a lo que Ashley se echa a reír.

— ¡Me ha dejado impresionada, oh gran magus Adrien, bendecido por Miracua misma! — dijo con fingida impresión.

— ¡Oye, Ben, se suponía que harías algo más impresionante! — espetó molesto el segador.

Ben emerge del agua mientras toma una gran bocanada de aire, al parecer se estaba quedando sin este.

— ¡Lo siento, me estaba muriendo allá abajo! — crea una esfera de viento entre sus manos mientras la rodeaba con movimientos fluidos —. ¡¿Qué tal esto?!

Toda el agua en un rango de tres metros se levantó repentinamente, dejando a la vista el fondo marino.

— Presumido — dijo Adrien.

Arrasando con la Magia II: Los Caballeros del AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora