Capítulo 5°

384 29 1
                                    

∞ KIERA ∞

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

∞ KIERA ∞

—¡Kiera, vamos, levántate!

Mis ojos se abrieron para volverse a cerrar lastimados por la luz. Los abrí lentamente dejando que se acostumbrarán poco a poco hasta que los pude enfocar.

—¿Jonathan?— Tuve que parpadear un par de veces para asegurarme de que mis ojos no me estaban haciendo alguna jugarreta.

—Vaya hasta que despiertas— suspiro aliviado.

—¿Qué haces aquí? ¿Que me pasó?— lo mire desconcertada.

—No lo recuerdas... Te encerraste todo el día ayer.

—¿Qué? ¿Qué día es hoy?.

—Es jueves.

—Okay— él asintió y corrió abrazarme—Jona, no respiró.

—Lo siento, lo siento, lo siento, por favor perdóname, juro que esos idiotas no te volverán a molestar hermanita, pero perdóname.

—De qué rayos ...— entonces lo recordé lo que sucedió en el supermercado y después en la casa, me solté del agarré de mi hermano y me baje de la cama buscando las cenizas y todo el desastre que provoque ayer, pero no había nada, nada en absoluto el cuarto estaba intacto.

—¿Qué? pero dónde está.

—Kiera te sientes bien, si quieres llamó a mamá— la cara de preocupación de Jonathan me regresó a la realidad.

—No, estoy bien, sólo olvídalo.— me senté en la cama, entonces todo lo de ayer fue un sueño, el fuego, las plumas, mis manos en llamas, gracias al cielo, por que por dios yo no puedo hacer eso.

—Bien, iré almorzar, vienes.

—Si te alcanzó en un minuto.— Jonathan salió y traté de tranquilizarme, mis manos sudaban.

Las limpie en mi pantalón, estaba exagerando sólo había sido un sueño nada más.

Bajé almorzar, pues moría de hambre, todo un día sin comer era un récord en mí.

&†&

La luz cegadora traspasaba mi ventana pero eso no fue lo que me despertó.

Fue ese sonido alarmante de mi despertador el que me levantó.

¡RING! ¡RING! ¡RING!

Lo lancé contra la pared.

Primer día de escuela, como los odio son solo presentaciones y listados de libros.

—¡¡Kiera, El Despertador!!— escuché el grito de mi madre desde la cocina.

—Creo que alguien tendrá que comprar un nuevo despertador— Kylee abrió la puerta por completo.

—¡Y a ti más te vale que salgas de  mi habitación en este instante, si no quieres una cabeza nueva!— Gruñí, me levanté y saque a  Kylee iba a decirme algo pero le cerré la puerta en la cara.

𝚁𝙴𝙵𝙻𝙴𝙹𝙾𝚂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora