Capítulo 23

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Aerith estaba frente al espejo de su habitación mirando su reflejo, desde que el doctor le dijo que estaba embarazada. El único que sabía la noticia era su padre, hoy Aerith se lo diría a Aaron y a sus hijos esperando que se lo tomaran bien todos. Estaba muy nerviosa, ella jamás había pensado que tendría otro hijo más a esa altura de su vida.

- Chicos -llamó Aerith a sus hijos que estaban concentrados en la televisión.

- ¿Qué pasa mamá? -ambos la miraron.

- Voy a ver a Aaron, vuestra hermana la traerá vuestro padre en unos veinte minutos -avisó a lo que ellos asintieron a la vez.

Brad, el padre de Aerith, no les dijo nada a los gemelos del embarazo. Solo le la dijo que su madre estaba bien que no se preocupasen.

Aerith fue caminando hasta la casa de Aaron, que tenía el día libre. Ella intentaría hablar con él sobre los mensajes y le diría lo del embarazo, cosa de la cual estaba más que preocupada. No sabía que decirle primero si sobre el embarazo o sobre los mensajes. Sin darse cuenta sumergida en sus pensamientos llegó a la casa de Aaron.

- Hola Aaron -saludó Aerith a su pareja.

- Hola Aerith, ¿estas resfriada?-Preguntó Aaron abrazándola a lo que ella asintió.

- Aaron tenemos que hablar -anunció Aerith a la vez que entraban al salón.

- Pues adelante -se sentaron ambos en el sofá.

- Nosotros... Tu... Y... Yo... Ya... Sabes -dijo Aerith haciendo que Aaron se confundiese aún más de lo que estaba.

- Cálmate Aerith y me hablas claro, por favor, ¿quieres un té? -preguntó Aaron viendo que le temblaban las manos del nerviosismo.

- Sí, por favor -asintió haciendo una mueca.

A los cinco minutos volvió Aaron con el vaso de té en la mano, se lo ofreció a Aerith que agradecida lo cogió y se lo bebió con tranquilidad. Ambos estaban en silencio mientras que ella se tomaba el té y estaba perdida en sus pensamientos para hablar con Aaron con valor y sin titubear.

- ¿Estas más tranquila? -preguntó Aaron.

- Sí, mucho mejor.

- ¿Qué querías hablar? H-preguntó Aaron intrigado.

- Aaron... los otros días me llegaron unos mensajes de una desconocida, sobre tí -hizo una pausa suspirando.- y los mensajes me insinuaban que me eras infiel, quiero que lo hablemos como dos adultos y que me lo digas sinceramente, no soy capaz de estar de nuevo con una persona que no es feliz conmigo y que necesita a otra para ser feliz -dijo derramando un par de lágrimas.

- Sí, te he sido infiel Aerith, solo estaba contigo por la gran herencia que vas a heredar y aunque me gustas mucho no para toda la vida. Lo siento Aerith -dijo Aaron siendo sincero haciendo que Aerith llorase aún más.

- Aaron... Estoy embarazada -dijo llorando.- no quiero que me pase la misma historia que con mi hija pequeña.

- Espera... ¿qué estas embarazada? ¿de quién? -dijo Aaron mirándola fijamente con una tranquilidad impresionante.

- De ti Aaron... -dijo Aerith dolida.

- Eso es imposible Aerith -dijo con una risa irónica.- entre nosotros no ha pasado nada, ese bebé no es mío.

-¿Y el día de la gala benéfica? -preguntó Aerith poniéndose blanca como el papel.

- Me tuve que ir muy pronto porque me surgió una emergencia -dijo Aaron.

Aerith sin decir nada e intentando no desmayarse ahí mismo se levantó, a paso lento y abrazándose a si misma salió por la puerta de la casa de Aaron. Dando por finalizada la relación entre ambos tras un comportamiento bastante bueno a la hora de hablar de un tema tan delicado. Lentamente se fue a casa pensado de quien podría ser el bebé que llevaba dentro, sin darse apenas cuenta estaba en puerta de casa.

- Chicos, ya estoy aquí -avisó con un susurro al llegar.

- Hola mamá -saludaron los tres.

Los gemelos la analizaron de pies a cabeza, ya que normalmente Aerith era muy alegre y cariñosa pero últimamente no estaba muy animada, estaba más pálida, tenía las mejillas sonrojadas y los ojos rojos signo de llanto. Los gemelos habían notado el cambio de su madre, más que Leah que además de que no vivía con ellos era pequeña como para notarlo.

- Tengo que hablar con vosotros -dijo sentando en uno de los sillones cerca de ellos.

- ¿Es algo grave? -dijo Leah preocupándose al instante.

- Si os digo la verdad... No sé cómo tomármelo.

- Mamá, nos tienes preocupados -dijo Ian hablando por los tres.

- Estoy embarazada -consiguió decir tras un fuerte suspiro.

- ¿¡Qué!? -dijeron los tres a la vez.

- ¿Pero es de verdad o es una broma? -dijo Ethan incrédulo.

- Es la verdad chicos -suspiro Aerith.

- ¿Y quién es el papá? ¿Es Aaron? ¿Va a ser chico o chica? ¿Has pensado algún nombre mamá? -Preguntó Leah con rapidez y emocionada.

- Leah, cariño aún no se nada. No es de Aaron -negó Aerith.

- ¿Entonces? -preguntó Ian aún en shock.

- No lo sé... -dijo reteniendo las lágrimas.

Ethan dándose cuenta de que las preguntas abrumaban, se levantó y se acercó a abrazarla. Ella encantada y reconfortada por el abrazo rompió a llorar en el hombro de su hijo. Leah estaba apunto de llorar, a pesar de que estaba feliz nunca había visto a su madre llorar, nunca la había visto débil ni decaerse, ahora estaba como destrozada y su aspecto estaba muy descuidado.

Ethan le acarició la espalda a su madre en signo de apoyo. Cuando Ethan dejo de abrazarla, le sonrió y le besó la mejilla. Ian la abrazo seguidamente de su hermano gemelo y la más pequeña por el momento del trío también.

- Os quiero mucho -dijo un poco más calmada.

- Nosotros a ti también mamá -sonrió Ian.

Aerith se fue a su habitación, cogió el móvil y le mando un par de mensajes a Aiden diciéndole que mañana los gemelos irían a hacer el examen de conducir. Y que si podía ser le darían el coche mañana. Sin esperar respuesta entró a la ducha, para relajarse. Ya era de noche, se puso su pijama y bajo hasta la planta baja de su casa.

La sorpresa se la llevó fue cuando vio que sus hijos le había preparado la cena, era un simple detalle pero ella entre lo sensible que estaba y que no lo esperaba se le saltaron las lágrimas de nuevo.

- Siempre te mereces esto y más mamá, pero hoy más que nunca -explicó Ethan sonriendo.

- Muchas gracias chicos -dijo entre lágrimas abrazando a los tres.

Continuará...

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