In Hell

✖No Pasará Nada✖

No me pude resistir, sin despegar nuestos labios la subi a mi regazo; Freya con una mano jugaba con mi pelo y con la otra acariciaba mi abdomen debajo de mi remera.
Mordí su labio y ella soltó un gemido haciendo que me vuelva loco, nuestras lenguas estaban en una guerra; me quitó la remera desesperadamente haciendo unas pequeñas lineas en mi brazo.
Nos separamos lentamente, la sente en la cama y me sonrió traviesa, se quitó mi remera dejándola sólo en ropa interior, sin contenerme la bese, era uno de los mejores besos que había dado, era salvaje, en aquel beso se encontraban miles de sentimientos de parte de ambos:enojo, decepción, tristeza, lujuria y muchas más.
Empecé a bajar, iba dejando un camino de besos en su cuello, estaba por quitarle el sujetador pero el puto celular de Freya sonó, no quería quitarme.
Volvi a sus labios.

-No contestes-dije con mi voz ronca y agitada, la maldita cosa dejó de sonar, sonreí en el beso, nos recostados pero apoye mis codos para no dejar todo mi peso sobre ella, la colorada rodeó sus piernas en mi cintura, bajó su mano al elastico de mi pantalón.

-¡Dios, Aiden!-gimió al tocar por arriba de mis boxers a mi buen amigote.
El celular volvió a sonar, esta vez Freya se salió de mi agarre y tomó el celular.

-Podría ser importante-dijo saliendo de mi habitación.

Suspire totalmente frustrado y algo enojado por dejarme así.

¿QUÉ MIÉRDA HABÍA PASADO? estábamos por cojer, ni siquiera la conocía bien como para después quedar como amigos, ¿y si seguía drogada? creo que me pase un poco, la niña estaba media drogada y había bebido bastante.
Puede ser que necesite un buen polvo pero no me aprovecharía.

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Narra Freya.

Charis me cortó después de decir tonterías, estaba despeinada y algo agitada pero estaba bien, estaba contenta, no me arrepiento de haber besado a Aiden y si tenemos sexo tampoco me arrepentiré, no piensen que estoy jugando con él, me gustaria conocerlo pero Aiden se nega a abrirse con los demas.
Arregle mi corpiño y entre a la habitación.
Aiden no estaba.
Suspire aliviada al escuchar agua en el baño, pero...¿porqué?
Decidi esperarlo.

Quince minutos, veinticinco minutos, media hora, sin permitirlo mis ojos se fueron cerrando hasta quedar profundamente dormida.

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El timbre hizo que me despertara, trate de salir de la cama pero el brazo de alguien estaba en mi cintura.
Gire un poco y vi a Aiden con su rostro relajado, era un chico muy atractivo con sus ojos verdes y sus finos labios.
Pase mi pulgar por sus pequeños labios, luego con mi dedo índice remarque sus tatuajes.
El timbre me hizo volver, si no abría la puerta, Aiden se despertaría.
Trate de zafarme de su fuerte agarre pero lo único que conseguí fue que me acercarse más a él.

-Quedate quieta Freya-gruño sin abrir los ojos.

-Están tocando el timbre-le susurre, pero no se movio ni me contestó-Aiden.

-Freya, deja de hablar, si es importante vendran luego- el timbre volvió a sonar, el sonido sacó de las casillas a Aiden, abrió los ojos y salió de la cama en unos boxers bordos-putos, todo el mundo quiere joderme mi puto fin de semana-iba maldiciendo en susurros.
Me quede mirando el techo por unos segundos, me sente y mire a mi alrededor.
Las paredes eran de un azul muy apagado las cuales estaban vacías (no había ni cuadros, ni posters) había un gran ropero color beige, una mesa de luz beige y la cama; una habitación totalmente sencilla.
Tome mi celular para fijarme la hora y en eso entró el tatuado para tirarse otra vez en la cama boca abajo.

Eran las nueve de la mañana y tenía mensajes de mis padres y de Aaron.

El de Aaron decía que lamentaba haberme dejado sola en la fiesta.
Y mis padres me avisaron que no estarían en casa por unos días.