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Ya me encontraba en mi departamento, me daba igual lo que Jimin me quería decir pero debo admitir que me sentía un poco nervioso.
También pensé en ordenar un poco aquí pero no era muy importante.
Escuche unos golpesitos en la puerta, supe que era Jimin y su particular manera de tocar la puerta.
Suspiré y abrí.
–Hola yoongi.– Me dedico una sonrisa que ignore.
Camine hacia el sofá y me senté.
–Toma asiento por favor, perdona el desastre ¿Quieres algo de beber?
–Estoy bie gracias, Dios yoongi ¿Por que fumas y tomas tanto? Apesta a alcohol y cigarrillos.
–Ve al grano Park– Prendí el radio.
Se sento junto a mi y me miro fijamente pero yo desvíe la mirada.
–Yoongi, mírame.– Tomo mi mentón e hizo que lo mirara, tomo mis manos y suspiro.– Minnie, escúchame bien, quiero que me mires y puedas ver lo arrepentido que estoy. Desde lo más profundo de mi corazón quiero pedirte una disculpa, jamás quize hacerte daño.- No quiso hacerme daño, pero me hizo pedazos. Eso decía la canción que sonaba.– Yo no eligo lo que siento, se que estuvo mal ilusionarte y después irme con Kook, jamás pensé que te afectaría tanto, lamento haberte hecho daño.– Miro mis manos cicatrizadas con lagrimas en los ojos.– Mírate, este no eres tú, esto no está bien, te estás haciendo daño y todo es mi culpa. No quiero que te quedes con una idea errónea de lo que es el amor.– Sollozo –Yoongi, estoy dispuesto a volver a enamorarte y no me rendiré hasta conseguirlo.

Jodete. «y.m»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora