I

8 1 8
                                    

Estresado, así es exactamente como me sentía.

Eran las 03:30 a.m. y yo seguía con hambre luego de haber comido una pizza familiar completa hace menos de media hora. Me senté en el cubículo que teníamos para dormir en el tour bus y observé mi torso desnudo: mi estómago sobresalía más de lo normal. Las últimas semanas había estado sufriendo ataques de ansiedad y perdida de sueño, lo que me hacía querer comer a todas horas, y bueno, yo obedecía a mis impulsos. Estaba demasiado cansado siempre como para acompañar a los chicos al gimnasio entre horas, y mucho menos como para hacer la corrida alrededor de los estadios o lugares dónde tocábamos que se nos había hecho tradición.

Me puse de pie buscando mi camino a la cocina pequeña del bus, y llegué a una estantería dónde sabía que debía haber algo para saciarse. Doritos, papitas, marshmallows, takis y una bolsa de oreos. Ahora no sabía que comer. Bien hecho Luke, ahora eres indeciso; pensé. Me senté derrotado y saqué mi celular. La imagen de mi madre como fondo de pantalla me hizo sonreír, como extrañaba a esa mujer. Era la primera vez que iba sin ella de tour desde que todo comenzó, dijo que sí ya tenía novia significaba que había crecido. Recordé a mi novia, se me hacía difícil llevar una relación estable en el tour, y a ser verdad la costumbre de estar solo no me hacía recordar a nadie en absoluto. Me sentía un ingrato. Recordé a mi padre y hermanos, mi mascota y mis viejos amigos, todo como un vil recuerdo de que yo estaba lejos. La nostalgia comenzó a formarse en mi pecho y posé mis manos sobre mis ojos para aclararme un poco. Alguien frotó mi espalda:—Tranquilo hermano, en menos de un mes estamos fuera y todo vuelve a la normalidad —levanté la mirada y ví a Mike quién me observaba con una sonrisa sincera, a lo que yo respondí con una igual.

(...)

I don't wanna waste it
Don't wanna waste the night.

Estábamos comenzando la segunda mitad del concierto con "Waste The Night", amaba esa canción. La conexión con el público era mágica, las linternas alumbrando el estadio y el coro en su nivel más alto, pura magia. Ya finalizada la canción comencé a sentirme algo mareado, quizás por el shot que había tomado en el intermedio o la falta de sueño, no lo sé, pero una impresión de calor subió por mi espina dorsal hasta mi cabeza haciendome perder la visión de a poco. Me quité la guitarra de mi hombro y me senté a un costado del escenario para recobrar el aliento, el show debía continuar. Por la cercanía hacía el público las fans del costado comenzaron a gritarme todo tipo de cosas para llamar mi atención, mi cabeza ardía y dolía a mil. Le hablé a uno de los guardias por una botella de agua, pero en cosa de segundo se escucho a coro:—¡Guardía, tome esto! —. Yo con mi visión nula no distinguí a que venía el griterío pero, luego lo entendí. El guardía me entregó una bolsa de tela mediana que no tuve el tiempo de apreciar, sino que fui al grano. La abrí y lo primero que sintieron mis manos fue una botella de agua, la abrí y comencé a beber de ella, el guardía me señaló que había una toalla dentro y que podía usarla, y así fue. Sequé mi cara y luego vertí agua en ella para ponerla en mi frente y refrescarme. Suspiré, que alivio más grande. Todo fue tan rápido y confuso que ni mis compañeros se habían percatado de mi ausencia. Me puse de pie con dificultad y Calum se me acercó:—Qué onda, ¿te sientes bien?

—Estaré bien ¿continuamos? —sonreí intentando convencerlo, a lo que él asintió sin mucha confianza en mis palabras y me rodeó con su brazo llevándome a el frente del escenario. Tomó su micrófono y habló:—¡Y aquí seguimos, con el Señor Hemmings! —y el público gritó.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 02, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Simply ; l.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora